Cap 59-Mundo 4

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Narra narrador

Blas camina despacio hacia el colegio, fue a buscar el dueño del buzo.

Algunos estudiantes se quedaron en el colegio para participar de las activadades extracurriculares, de esta manera no era difícil entra o salir del establecimiento.

Cruza por los pasillos del primer piso hasta el final.

Entra en un aula vacío a primera vista.

Abre la puerta.

-Tu buzo- le tiende Blas el buzo a la persona sentado en uno de los bancos del aula.

-Gracias- agarra el chico. Sí, el chico de la carta.

A continuación ninguno de los dos se mueven, tampoco hablan.

-Y...Sasha?- pregunta un poco incómodo.

-Creo que te dejé las cosas muy claras- dice Blas con una sonrisa falsa.

-Tú no estabas para ayudarla. Además, no eres nadie para decidir mi vida ni la de ella-

-No tienes ni idea de lo que somos. Entre tú y yo, no eres nadie para ella- la sonrisa de Blas desaparece por completo.

El aire entre ellos se condensan.

-Le diré cómo realmente eres.- amenaza el chico.

-Hazlo, nada cambiará- responde Blas sin ninguna inseguridad.

-Cómo estás tan seguro? Sólo porque crecieron juntos? -

-No, porque sé lo que ella quiere-

-Qué quieres decir?-

Blas no le responde la inquietud.

Camina hacia él, apoya la mano en su hombro. Le susurra algo en los oídos.

-Entendiste?- sonríe Blas de nuevo.

Esta vez, el chico se calla. Su cara se torna a un tono pálido.

-Que tengas un buen día- le dice Blas como un angelito sonriente.

Una vez fuera del colegio el cielo estaba a punto de anochecer. Blas pasa por un mercado cerca de casa.

Se detiene.

Termina entrando y sale con una bolsa llenas de papitas y chocolates.


A pocas cuadras antes de llegar, delante de Blas viene caminando alguien. Su ropa es sucia y rota, lleva una barba mugrienta llenos de restos de comida.

Se cruzan.

-Blas?- suena.

Blas se da vuelta y lo mira.

-Soy yo.- dice el señor mugriento emocionado.

-Perdón, no- se marcha.

-Soy tu padre!-

Los pasos se detiene.

-Te estuve buscando mi hijo-

-Cállate!-

Rubén trata de acercarse pero Blas se aleja.

-Blas! Soy tu padre-

-Nonono- se agarra de la cabeza.

Rubén se aprovecha del momento para acercarse.

-Creciste-

-No me toques- se niega.

-Vamos Blas, te crié por años-

-Te dije, no me toques- su respiración se acelera.

-Soy tu PADRE me oyes?- Rubén sube la voz.

-Padre? Y de qué soy yo? Un juguete sexual?-

-Algún día te vendrás conmingo. Encontraré a esa niña que robó mis documentos y la haré pagar por estos diez años-

-Te referís...a mí?- detrás de ellos, Sasha aparece en escena.

Blas se pone adelante de ella tapandola.

-Sí! Tú! Me ahorraste el tiempo, ya verás-

La gente de alrededor se paran por este caos, Rubén al ver que la situación se descontrola, decide marcharse por el momento.

-Pagarás por esto, tú y tu madre- avisa apuntando a Maite.

El cielo ya anocheció. Debería ser un día común y corriente pero no lo fue.

-Sasha, qué..qué haces aquí?- la mira desconcertado.

-Vine a buscarte- ella lo calma acariciando su espalda, como de chiquitos.

-Lo siento-

-No fue tu culpa, nunca lo fue-

-Perdón...-

-No pasó nada, tranquilo, ya pasó, estamos bien- lo abraza.

Así, quedaron por un buen rato.

En el ascensor, los dos tienen las manos agarrados. Ninguno habla, pero en la mentes de cada uno, están planeando un plan distinto.

Ella lo hace por él.

Y

Él lo hace por ella.






Yo, tú y la cebollaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora