Cap 22-Mundo 2

42 7 2
                                    

Narra Maite

En la cocina busco a Leo para asegurar que todo está en orden. Su cara está más pálida que antes, los labios han perdido color y sus manos tiemblan.

-Leo- lo llamo despacio.

Él trata de sacar una sonrisa y como era de esperar, no salió. Lo llevo a un costado.

-Está todo bien, fui yo quien golpió la puerta. Ya pasó- lo consuelo.

Leo me mira cansado. Quiero preguntarle qué pasó pero por ahora no es el momento, necesita tiempo para calmarse.

A la noche lo averiguaré con Sebastían. 

-No se lo digas a Fede, se preocupará- dice.

-Bien, no te separes de Fede, si pasa algo haceme saber- 

Leo asiente. 

Volvimos a trabajar. No importa lo que pasa en el laboratorio, mi misión es salvar a Sebastían, si no tiene nada que con él entonces no hay necesidad de hacer nada, pero si es lo contrario...ya verán mi cara. 

-XD, hay forma de saber lo que hacen en el laboratorio?- 

[Procesando...en la vida pasada no menciona el laboratorio en ningún momento, pero encontraste la clave para salvar a Sebastían]

-Clave?-

[Tiene que ver con la personalidad de él, nunca te preguntaste porqué no habla?]

-Ovbiamente me pregunté, lo pensaba averiguar mientras pasaba el tiempo-

[Nada es lo que parece usuario 567]

La noche llega sin avisar, son la una de la madrugada, Leo y Fede ya se durmieron. Me pongo una campera y salgo de la cabina. Afuera en la puerta Sebas me espera.

-Perdón, tardé un poco-

Como siempre no responde, sin embargo esta vez tiene las manos a su espalda, su mirada es como un niño tratando de esconder una sorpresa. 

-Qué tenes escondido?- digo tratando de ver a su espada.

Él se aparta a un costado y saca algo envuelto. Me la da.

-Para mí?-

Asiente.

Lo abro cuidadosamente, mientras más lo desenvuelvo un olor a vainilla y flores se desplende más. Son postres! Estos nunca los ví en la cocina.

-Gracias!- le digo sonriendo. 

-Eliza, Eli?-dice.

-Te acordaste de mi nombre! es la primera vez que me llamas-digo sonrojada.

Sebas repite mi nombre por varias veces, se ve felíz. Me agarra las manos y nos dirigimos a la terraza. Parece una cita.

El cielo oscuro está plagados de estrellas, las mareas están calmados y silenciosos, el ambiente era perfecto. Me senté en un banco y él también. 

-Te quiero preguntar algo Sebas- 

Me me mira. Prosigo.

-Hoy, en ese pasillo oscuro, estuviste alguna vez en esa habitación cerrado?- espero su respuesta nerviosa.

Él asiente. Algo dentro de mí se derrumba.

-Sabes qué hacen adentro?- pregunto.

Sebas no duda en sacar su saco, se queda en camisa, arremanga la manga de su camisa y me doy cuenta que tiene todo el brazo vendado.

-Estás lastimado? Cómo pasó esto?- digo sorprendida.

Él parece no importar de eso, como si fuera algo normal...

Luego, desarma la venda mostrandome  la piel. 

Tiene practicamente el brazo llenos de cortes y cicatrices, ninguna zona de su piel se encuentra bien. Las lastimaduras no llegan a la muñeca, como si lo hicieran apropósito para esconderlos. 

-Sebas, esto te lo hicieron ahí adentro?- 

-Sí- dice. Su expresión no cambia. Me preocupa.

Me levanto y paro enfrente de él.

-Sacate la camisa-ordeno.

Él tampoco dudó en hacerlo. 

Esa imagen no iba a olvidar nunca, toda la parte de arriba de su cuerpo está vendado, desde el cuello hasta el abdomen. Mis ojos se llenan de lágrimas, no podía creer lo que debe ser su cuerpo debajo de esa venda. Nadie sabe más lo que duele cuando te cortan el tejido de la piel, el cuchillo frío pasando dentro de tu carne y la sangre tibia que despúes te baña. 

-Eli?- dice Sebas curioso, tal vez no sabe lo que significa esto para mí. Se apresura a ponerse la camisa como si ha hecho algo malo. Lo detengo.

-No pasa nada, estoy bien- trato de secar mis ojos.

Su movimiento se detiene. Lo miro fijamente a los ojos, esos ojos azulados. Me acerco lentamente y lo abrazo. Puedo sentir que se paraliza por un instante, pero se relaja enseguida. Mi cara llegaba apenas a sus pechos, de modo que se tuvo que agachar un poco.

-Te dolió mucho no?-

Asiente.

-Sebas, vamonos de aquí, de este barco, juntos- digo suplicando.

Él me devuelve la abrazada. Estoy más segura de lo que hago, averiguaré lo que guarda ese laboratorio , por Sebas. 

La barra de progreso avanzó un 20%.

35%. 

  

Yo, tú y la cebollaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora