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Capítulo 7

Renjun salió de la habitación de Jaemin, donde dormía por el momento. De pie frente a la puerta, estiró los brazos al aire con un bostezo. Luego bajó los brazos y se llevó una de las manos al estómago para frotarla. Se veía somnoliento pero por mucho que quería volver a dormir, tenía trabajo que hacer.

Estaba a punto de moverse, pero una puerta de la otra habitación de al se abrió y mostró a un chico con el cabello desordenado y las mejillas sonrosadas con los labios haciendo un puchero que le impidió ir a ningún lado.

Jeno gimió, a punto de estirarse como lo había Renjun, pero se congeló cuando vio al mayor mirándolo fijamente.

Renjun parpadeó, sus ojos se dirigieron otro lado cuando fue atrapado.

Jeno rio, —buenos días.

Renjun volvió a mirar a Jeno y se señaló a sí mismo. —¿Quién, yo?

El chino mentalmente quería lanzarse por el balcón. De todas las cosas que pudo haber dicho, tuvo que preguntar si le estaba hablando a él cuando claramente solo estaban ellos dos en el pasillo.

—Hmm. —Jeno tarareó, escaneando al niñero de arriba a abajo. Luego vio la mano de Renjun debajo de su camisa, mostrando un atisbo de piel de su estómago. Esa vista hizo que Jeno se mordiera el labio inferior, inconscientemente.

El mayor siguió hacia donde estaba mirando y luego notó que veía su piel. Bajó la mano y miró hacia otro lado para ocultar el tinte rojo en sus mejillas.

—Renjun...

—¿S-Si?

—Podrías ... —Jeno frunció el ceño. ¿Qué estaba haciendo? ¿En serio iba a pedirle a Renjun que le mostrara su piel? Se golpeó la frente, todavía era temprano, ¿qué estaba pensando?

—¿Puedes bajar y preparar el desayuno ahora? —Un frustrado Jaemin salió de la habitación de Jeno con los brazos cruzados.

Renjun puso los ojos en blanco, —estaba a punto de hacer eso. —Odiaba cómo Jaemin arruinaba fácilmente su estado de ánimo.

—Entonces, ¿por qué estás perdiendo el tiempo? Rápido, rápido. —Aplaudió dos veces y Renjun solo pudo chasquear la lengua.

Renjun murmuró algunas maldiciones y comenzó a alejarse de ellos solo para ser detenido a mitad de camino por Jeno. —Te ayudaré en la cocina. —Jeno le sonrió al mayor antes de alcanzarlo, dejando a Jaemin atrás.

Dejando a Jaemin con el ceño fruncido por la confusión. ¿Desde cuándo eran tan cercanos? Hasta el punto de que Jeno ponía su brazo sobre los hombros del más pequeño. Todo lo que hizo fue saltarse la limpieza, ¿tanto se había perdido?

Él solo suspiró y siguió a los dos por detrás. No quería admitirlo, pero su rostro mostraba disgusto. Es decir, el decía que era disgusto. Pero quien lo viera, pensaría que estaba celoso.

—Eso es muy gay. —Se burló, al ver a Renjun alejando juguetonamente a Jeno.

No podía soportar la vista por más tiempo y así, dio pasos más largos y separó a los dos, caminando entre ellos. Luego le dio a Renjun una mirada que parecía avergonzada en ese momento.

—¿Puedes caminar más rápido? Tengo hambre.

—Abuela malhumorada. —Renjun susurró y luego corrió hacia la cocina, casi tropezando por las escaleras.

Al ver que Renjun casi caía, Jeno no pudo evitar querer ayudarlo, pero lamentablemente no pudo debido a la mano de Jaemin que sostenía su muñeca.

—¿Qué estás haciendo?

Jeno levantó una ceja, —¿nada?

—Ser cercano a Renjun no es nada. —dijo el pelirosa, alzando un poco la voz.