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Capítulo 5

Renjun dejó escapar un jadeo falso. —No lo sabía.

Jeno rodó los ojos y golpeó a Jaemin en el brazo, obteniendo un quejido del otro. —No bromees.

Jaemin chasqueó la lengua y luego asintió, —pero primero, ¿cómo te enteraste?

—Me lo dijeron sus madres. Al principio no lo tomé demasiado en serio porque los bebés son demasiado jóvenes para comprometerse, pero después de verlos, sí que lo tomé en serio.

Jeno enarcó una ceja, —¿qué onda con esa reacción?

Renjun se encogió de hombros y luego se giró hacia Jaemin, ahora curioso por lo que se suponía que debía decir. Jaemin notó que todos los ojos estaban puestos en él y eso lo hizo recostarse de su silla.

—Felicidades por haber ganado un premio.

—¡Jaemin! —Jeno golpeó de nuevo el brazo del menor.

—¡Auch! —Jaemin chasqueó la lengua—, dios, ustedes no saben como divertirse. —Entonces se levantó, dejó su plato en el fregadero y luego subió las escaleras.

Renjun y Jeno se quedaron allí en la cocina, en silencio. Renjun, por primera vez, se asustó cuando Jaemin cerró la puerta de (probablemente) la habitación de Jeno. Jeno, acostumbrado a eso, solo suspiró y miró al niñero, mostrándole su linda sonrisa.

Renjun mentiría si dijera que no lo encuentra lindo.

—Lo siento por eso. —Jeno dijo—, se suponía que Jaemin debía decirte que aún no podemos confiar en ti.

—¿Y por qué...?

—No eres el primero que trabaja como nuestro niñero. De hecho, eres la quinta persona. Ninguno aguantó ni un día. — explicó—, y quién sabe, quizás tú también renuncies hoy. Entonces, ¿qué sentido tendría contarte más sobre nosotros?

Renjun resopló en la parte donde Jeno le dijo que sus niñeros pasados no duraron ni un día, los compadeció totalmente. —Se la pasan discutiendo cada hora, cada minuto y por cualquier estupidez, ¿quién no se volvería loco?

Eso hizo que Jeno riera, —sí, peleamos demasiado.

Renjun comió un trozo de tocino y se llenó la boca de arroz. Masticó la comida y bebió agua antes de hablar, —¿puedo preguntar por qué?

—Porque no estamos destinados a estar juntos. —Jeno miró a Renjun, debatiendo mentalmente si debía hablarle a ese tipo, que parecía un adolescente pero en realidad es mayor que ellos, sobre ese tema.

—Los novios pelean, ya veo. —Renjun asintió, actuando como si supiera todo sobre el amor cuando él jamás había estado con alguien. Chenle era mucho mejor en ese tema que él.

—No —Jeno forzó una sonrisa—, simplemente nos odiamos, desde que éramos niños. No sé cómo ni cuando comenzó, pero estoy seguro de que no va a terminar.

—Espera... —Renjun estaba genuinamente confundido—, si ustedes dos siempre pelean, ¿por qué sus madres los comprometieron?

Jeno dejó caer su cuchara, haciendo que Renjun se estremeciera. Entonces el muchacho le dedicó una sonrisa: —eso es algo que tú tienes que descubrir.