Capítulo 8

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- Emilia- dijo una voz ronca- ¿te sientes bien?- preguntó el chico.

Emilia levantó la cabeza y sacó una débil sonrisa- todo bien- dijo en un hilo de voz.

El chico se sentó a su lado- ¿quieres que llame a alguien?- preguntó acariciando su brazo- estás helada- dijo quitándose su chamarra y poniéndosela por encima.

- Está todo bien- dijo rápido- debo irme.

Juan David le agarró la mano- puedes confiar en mí, deja que te lleve a casa- dijo amable.

Emilia negó con la cabeza asustada- no- dijo nerviosa- debo irme.

- No sé qué pasó- dijo mirándola- pero no pienso dejarte ir así, es tarde y pueden hacerte algo.

Emilia sacó una corta sonrisa- está bien, gracias.

- Aparta tus manos de ella- advirtió el argentino- Emilia vamos- dijo cogiendo del brazo a su novia.

- Qué te pasa animal- gritó Juan David- le haces daño pendejo.

Emilia negó con la cabeza triste- estoy bien- dijo devolviéndole la chamarra- gracias- susurró sin verlo, para luego, darse la vuelta e irse con Claudio.

Caminaron hasta el auto en silencio, mientras Emilia sentía unas ganas inmensas de llorar y Claudio respiraba fuerte y furioso por la escena que había vivido hace segundos.

- No te quiero ver cerca de él Emilia- le ordenó.

Emilia rodó los ojos- es un simple compañero de Universidad- dijo con un tono molesto- es amable, eso es todo.

Claudio la cogió de la cara y le dio un tierno beso- lo lamento amor- dijo mirándola- perdóname, no reaccioné bien.

Emilia suspiró- no te preocupes- dijo con una corta sonrisa- todo está bien.

Claudio sacó una sonrisa y le dio otro beso- vamos- dijo abriendo la puerta del auto- te llevaré a casa.

León acarició la mejilla de su novia- soy el más feliz del mundo- dijo con una sonrisa.

- ¿Crees que sea buena madre?- preguntó la mexicana con timidez.

León sacó una sonrisa- serás la mejor mamá del mundo- dijo besando su mejilla- nuestro hijo va a tener mucha suerte.

- Gracias por todo León- dijo acercándose a él- te amo- dijo cerrando los ojos.

- Te amo- dijo León besando su cabeza y acariciando su espalda.

Ambos se quedaron dormidos, pero León empezó a moverse con inquietud.

Todo estaba sucio, oscuro y olía mal.

- No des ni un paso más- advirtió una voz ronca.

- ¿Qué carajo quieres?- preguntó León nervioso.

Se oyó un par de gritos y un par de pasos- te lo dijimos Rubio- dijo el hombre- íbamos a acabar con el clan Rubio.

- ¿Qué mierda quieren?- preguntó esta vez molesto.

- Tienes un hermoso chamaco- dijo riendo- y una hermosa mujer- se oyó un silencio- pero tu hermanita también es linda.

- Ni se te ocurra tocarlas- advirtió intentando ver al hombre que estaba escondido.

- Debes elegir Rubio- dijo la voz ronca- ¿a quién prefieres?

- Cállate- dijo enfadado- ni se te ocurra hacerle nada a mi familia.

- Entonces Emilia será nuestra- dijo riendo.

León dio un paso más- dame a mi familia, demen a Emilia- dijo molesto- ¿qué mierda quieren?- preguntó gritando.

El hombre se quedó en silencio- queremos verte sufrir León, queremos verte llorar, porque estarás solo, y morirás- dijo riendo- morirás como Abel lo hizo.

León tragó saliva- no hables de mi hermano- le advirtió.

- No pudiste protegerlos- dijo Abel frente a él- pensé que podrías- dijo desapareciendo por el túnel.

- Abel- gritó León sin dejar de mirarlo- Abel no- gritó.

Machu le dio un pequeño empujón y León abrió los ojos atemorizado, su respiración sonaba agitada, su corazón latía fuertemente y sus ojos comenzaron a aguarse.

- Amor- susurró Machu acariciando la espalda de su novio- iré a por un té, estás temblando.

León cogió su mano- abrázame- pidió en voz baja.

Machu se acercó a él y le dio un tierno abrazo, mientras León se quedó justo en su vientre y se oyó, como empezaba a llorar con desesperación.

Ulises soltó una carcajada- así que odias a tu hermano- dijo negando con la cabeza.

- Me cortó el pelo- dijo molesta- así que yo le corté las pestañas- dijo con una sonrisa mientras cogía su café.

- Eres alucinante- dijo Ulises riendo- entonces son mellizos, ¿cierto?

María asintió con la cabeza- ¿y tú?- preguntó apoyando su mano en la mesa- ¿tienes hermanos?

Ulises sacó una sonrisa- tengo una hermana- dijo orgulloso de Machu- que me hará tío.

María saltó en la silla- qué lindo- dijo sonriendo- yo también quiero un sobrino.

- Pues no lo quieras tanto- dijo una voz ronca tras ella- ¿puedo?

Ulises asintió con la cabeza mientras María rodaba los ojos- ¿qué haces aquí?- preguntó la rubia.

Juan David sacó una sonrisa- quise ver a la hermana más linda del mundo- dijo apretando su mejilla.

- Quita tus sucias manos de mi cara- exigió molesta- ¿qué carajo quieres?

Juan David suspiró- quise un café.

- Traes mala cara- dijo Ulises mirando al mexicano- ¿todo bien?

Juan David rodó los ojos- eres amigo de Emilia ¿no?- preguntó, Ulises asintió con la cabeza- pues ojalá le aconsejes que deje al idiota de su novio.

- Qué mierda- dijo María riendo- estás loco y celoso.

Juan David negó con la cabeza- no seré yo quien cuente lo que pasó- dijo poniéndose en pie- pero espero que hables con ella, y te cuente- dijo cogiendo su café- nos vemos en la casa- dijo mirando a su hermana- hasta luego- dijo con una corta sonrisa a Ulises y salió.

Ulises miró cómo se iba- no entendí- dijo confundido.

- Deberías hablar con Emi- dijo María cogiendo su mano- mi hermano habló con un tono serio- suspiró- seguramente pasó algo cañón, él nunca se preocupa tanto por una chava que no sea yo- dijo avergonzada.

- Tienes razón- dijo cogiendo sus cosas- ¿no te importa?

María negó con la cabeza- ve- dijo con una sonrisa- a la próxima invito yo- dijo poniéndose en pie- adiós Ulises- dijo besando su mejilla.

Ulises salió del café con una sonrisa enorme, realmente había pasado una buena tarde con la hermosa rubia de ojos negros, pero negó con la cabeza, debía ver a Emilia y saber qué estaba pasando, sobretodo, no quería pensar en Tony, la verdad, estaba mejor así.

Ulises salió del café con una sonrisa enorme, realmente había pasado una buena tarde con la hermosa rubia de ojos negros, pero negó con la cabeza, debía ver a Emilia y saber qué estaba pasando, sobretodo, no quería pensar en Tony, la verdad, estab...

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