- Es siempre lo mismo Emilia- dijo irritado León- te juro que tengo ganas de desaparecer- dijo sentándose en la cama de la castaña.
- No digas eso ni en broma León- le advirtió Emilia- tú no tienes la culpa.
- Sí que la tengo- dijo León mirándola- Abel me quiso proteger y mira lo que pasó.
Emilia tragó saliva- Abel te amaba León- dijo acariciando su mejilla- deja de culparte por el trabajo de tu papá- dijo con una corta sonrisa- al fin y al cabo él se alejó de esto.
- Es lo que más agradezco- dijo con una corta sonrisa- pero tengo miedo de esto Emi, no puedes dejar este negocio así porque sí- dijo nervioso- tengo miedo de que algo pase.
- No seas así León- dijo con una sonrisa- deja de pensar en cosas feas y céntrate en lo que se viene- dijo divertida- estudiaremos en la misma Universidad.
- Lo sé- dijo con una sonrisa- te tendré vigilada Emilia- le advirtió- gracias por todo Emi- dijo dándole un tierno abrazo.
- Oigan- habló Silverio riendo- los están esperando.
Emilia agarró a León de la cintura y ambos bajaron las escaleras, Claudio le esperaba con una enorme sonrisa, al igual que Machu, que se veía realmente hermosa.
Hoy se celebraba la boda de Raúl junto a Rosa, la mamá de Silverio, después de un par de citas y conocerse bien, decidieron unirse en matrimonio, con la aprobación de los hijos de cada uno.
- Estás hermosa- dijo el argentino besando su mejilla- ¿vamos?
Emilia asintió con la cabeza y salieron rumbo a la Iglesia dónde se realizaría la ceremonia, con cuidado Claudio ayudó a Emilia a bajar.
Emilia lucía un hermoso vestido rojo largo, que se ajustaba a sus caderas y que resaltaba por el blanco de su piel.
Llevaba un pequeño recogido y un maquillaje muy natural, agarró la mano de su novio y ambos entraron a la Iglesia.
Caminaron juntos frente a todas las miradas y se acercaron a un nervioso Raúl- todo va a ir genial- dijo la mexicana con una sonrisa.
- Gracias por tu apoyo- dijo Raúl besando la frente de su hija.
Emilia se colocó a un lado junto con Claudio, Pedro los miraba atentos con su bonito traje, que era igual al de Raúl y una sonriente Carlota con un vestido similar al de Emilia.
Silverio entró de la mano de su madre, Rosa lucía un vestido color perla largo, era de seda y muy delicado, perfecto y elegante para ella, Silverio estaba sonriente, le dio la mano a Raúl y se unió con sus futuros hermanos.
La ceremonia fue muy íntima, especialmente con sus amigos, sus familiares más cercanos y sus hijos.
La ceremonia fue muy bonita, Silverio y Emilia dedicaron unas palabras a sus padres y después de los anillos, los dos se unieron en un tierno beso, sellando el comienzo de una nueva aventura.
- Algún día estaremos así- dijo Claudio en su oído- muero por casarme con vos Emilia- dijo sonriente.
- Quiero que llegue ese día- dijo Emilia con una sonrisa y le dio un tierno beso.
- Que vivan los novios- gritaron efusivos, después, todos salieron rumbo a la finca dónde se celebraría el banquete y podrían disfrutar de una divertida velada junto a los nuevos marido y mujer.
Llegaron a la finca, donde todo estaba decorado a la perfección, Emilia había estado ayudando a Rosa, junto a sus amigas.
- Te la robo- dijo Rosa con una sonrisa cogiendo de la mano a Emilia.
Ambas se alejaron de la gente y se sentaron en un pequeño banco de madera- ¿y bien?- preguntó Emilia con una sonrisa.
- Muchas gracias Emilia- dijo sonriente- porque has sido una hija para mí, gracias por tu apoyo y aceptar todo esto- dijo cogiendo su mano- quiero decirte que puedes confiar en mí, que te quiero mucho Emi, y que amo mucho a tu papá.
- Lo sé- dijo con una sonrisa- sé lo mucho que lo amas y lo feliz que es a tu lado- le dio un tierno abrazo- gracias por aceptar a mi papá y a nosotros- dijo mirándola- se merecen ser felices.
Después de otro tierno abrazo, se unieron a los demás.
León caminaba de un lado al otro desesperado- por favor León, contrólate- le suplicó su mamá.
- ¿Cómo quieres que me controle?- preguntó molesto- esta mierda sigue persiguiéndonos- dijo apretando el puño- ¿desde cuándo?- preguntó mirándola.
- Hace un par de días- le dijo su madre triste- debes tranquilizarte cachorro- se acercó a él- debemos ser fuertes.
- No entiendo qué carajo pasa- dijo molesto- lo que no pienso permitir es que le hagan daño a ella- dijo con los ojos aguados- prometimos cuidarla mamá.
Abel abrazó a su hermano y soltaron una carcajada.
- Ya bro- dijo León molesto- solo vienes a visitarme por Isidora- dijo rodando los ojos.
- No actúes como hermano celoso- dijo riendo- quise ver cómo seguía Emilia- suspiró- por el tema de Claudio.
- Quiero matarlo a golpes- dijo León con una sonrisa- ya está mejor.
- Quiero que me prometas algo León- dijo cogiendo su mano- quiero que si en algún momento falto yo, la cuides, como la hermana que nunca tuvimos León- dijo sincero- júramelo.
León asintió con la cabeza- juro que nadie le va a tocar un pelo a Emilia- dijo serio- vamos a cuidarla, juntos Abel- dijo con una sonrisa.
- No dejaremos que nada le pase- dijo Baldomero- esa niña es una hija para mí León, es de nuestra familia.
León cerró los ojos y soltó un par de lágrimas- no puedo perderla a ella también- dijo con un hilo de voz- pienso encontrar al puto loco que está mandando esas amenazas- dijo saliendo del despacho con un golpe.
Claudio bailaba con su novia, una canción lenta mientras ninguno decía nada, con cuidado Claudio besó a su novia y ella correspondió el beso- no tienes ni idea de la falta que me vas a hacer- dijo el argentino en susurro.
- Lo sé- dijo mirándolo- tú a mi igual- dijo con una cara triste- pero podemos con todo amor- dijo con una sonrisa.
- Te amo- dijo dándole un tierno beso- quiero estar con vos el resto de mi vida- dijo mirándola- te lo juro.
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Gritos Del Corazón
أدب الهواةDespués de que ambos se dijeron lo mucho que se amaban, y que estarían juntos por siempre, Emilia y Claudio deberán empezar una nueva etapa en sus vidas, la Universidad. Claudio en Valle y Emilia en Ciudad de México, y todos sus sentimientos a flor...