Capítulo 21.

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"Despedida de soltera"

|Punto de vista de Ximena|

—Déjala, anoche llegó tarde y esta cansada...—

—Pero son mas de las 11, y ya teníamos el día planeado. —

Las voces no se escuchaban tan lejanas como quería que se oyeran.
Enterré mi cara en la almohada, pero de nada sirvió.
Sentí caer sobre mi el peso de un cuerpo, seguido de varios gritos muy cerca de mi oído.

—¡Ya levantate, bonita! Hoy tenemos un día ocupado.— Sofi sacudía mis hombros en un intento por levantarme. Acción que hice, muy sorpresivamente, haciendo que ella callera al suelo.—Grosera.

Hoy iríamos con Sofía y Luciana a comprar nuestros vestidos, la boda de mi hermano sería el próximo fin de semana y yo aún no tenía que ponerme,  ellas en cambio eran las damas de honor, junto a la mejor amiga de Candela, por lo que usarían las tres un mismo vestido.
Alice también me acompañaría, entre ellas me ayudarían a decidir cual usaría.

—Que fastidiosas son. No dejan a una dormir tranquila.— aún soñolienta y bostezando me levanté de la cama y caminé fuera de la habitación.

—No es culpa nuestra que decidieras irte toda la noche con nuestro sexy vecino.— Hice una mueca al escuchar a Alice, pero al ver a Sofía ella tenía mi misma cara.

—Hey, no hables así de mi hermano, es... Raro.—

—Bueno, lo de gemelos es evidente, lo dos están como quieren. Los maldigo. — yo rodé los ojos y fui hasta el baño.

Decidí darme una ducha y lavarme los dientes, al momento de volver a mi habitación mis amigas estaban en el balcón riendo y hablando con alguien.
Pues, al menos que le gritaran a alguien de un piso superior o inferior, creo que estaba claro que ese alguien era Juan.

Decidí ignorarlas y colocarme un vestido blanco floreado, unas plataformas bajas igualmente blancas y cepillar mi cabello.
Si, ellas aún continuaban chismeando.

—¿Ella esta allí?.— Era Juan, y no necesitaba ser adivina para saber que se trataba de mi, por lo que aún cepillando mi pelo humedo decidí asomarme.— Oh, flamita, ¿dormiste bien?  ¿aún te duelen?

Sabía que su pregunta era con doble sentido, quería fastidiarme estando Sofía y Alice presentes, las cuales me miraron boquiabiertas y de brazos cruzados. Yo rodé los ojos.

—Los pies.— aclaró. Alice bufó e hizo un puchero, ¿qué?.— Anoche dijiste que creías que te saldrían callos.

—Idiota. No, ya no me duelen los pies.—El rió y Sofía maldicio a la nada misma, arrastrandome dentro de la habitación.—¿Qué te pasa, mujer?

—¡Se nos hace tarde!  Tenemos que probarnos los vestidos y tenemos cita para las 12:30.—

Amarre mi pelo en una cola de caballo alta y las tres salimos del departamento. Si se lo preguntaban, si, dejamos a Juan con la palabra en la boca. Luke en cambio no parecía estar en casa, segun las chicas se había ido a la universidad por algún motivo.

Al llegar a la tienda, muy por sobre la hora, Lucy estaba ya esperandonos, tan puntual como es ella. Alice y yo tuvimos que quedarnos sentadas en lo que ellas se probaban el vestido, asegurandose de que todo estuviera en su lugar y hacer los arreglos necesarios.  Sin embargo, la pelirroja de mi amiga (aunque su todo rojo mas bien estaba anaranjado ahora)  no dejaba de enviarse mensajes con alguien.

Aún te odio, ¡Idiota!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora