"Bienvenida".
Después de tanto tiempo, nuevamente me encontraba frente a aquella casa.
El sentimiento de nostalgia me invadió inevitablemente y me encontraba nerviosa.Demasiado nerviosa.
Aún así, tomé una gran bocanada de aire e hice sonar el timbre de la casa. Al segundo de hacerlo, algo rompiéndose sonó desde adentro, lo que me hizo fruncir el seño confundida.
Escuché un "¡Adelante!", por lo que abrí la puerta y me adentre a la casa y, al no ver a nadie, fui hasta la sala.-¡Bienvenida!.- gritaron todos al unísono.
La sala estaba llena de globos de colores. Flotando en el techo y unos cuantos en el suelo. Había un enorme cartel colgado, que citaba la frase: "Welcome to home" y lo mejor de todo eso, es que estaban todos frente a un gran pastel.
Sofía, Luciana, Martín, Julían, Melody, Max, Camile, mi madre y Marie, mi hermano y Julieta.
Todos, excepto él.
-Dios, ¡no te veo hace una eternidad!.- gritó Melody al abrazarme antes que todos, abrazo que acepte totalmente felíz.-¡No sabes cuanto te extrañamos, todos!
-¡Yo igual! más aún cuando no podíamos hacer videollamadas.- respondí, aún abrazada a mi amiga.
Y así fui saludando a cada uno de ellos, hasta que finalmente terminaron aplastandome entre todos en un abrazo. Había música puesta y comiamos pastel y mas aperitivos que habían preparado.
Presenté a Alice y Luke a quienes no conocían, y parecía que se llevan bastante bien, y eso me alegra.-¿Vivirás aquí nuevamente? Aunque tendrías que dormir con alguna de nosotras.- preguntó Lucy y Sofi asintió animadamente, incitandome a aceptar.
Ah, probablemente no lo sabían, pero él se mudó poco después de cumplir sus 18 y Lucy vino a vivir acá, quedandose con la que era su habitación. Mi madre hace unos años se hizo socia oficial de Marie y tiene un muy buen empleo las dos, por lo que al fin pudo comprar nuevamente una casa propia, en donde vive junto a su nuevo marido, Franco y mi pequeña hermanita Alai, la cual tan solo tiene un año.
-No, les prometí a Luke y Alice que alquilaríamos un departamento entre los tres.- respondí. Sofi hizo un puchero, a lo que yo reí.- pero vendré seguido, o ustedes, no se preocupen.
Y así continuamos por un buen rato, hasta que llegó la hora de irnos. Mi papá se tomó la molestia de pagar el primer mes de un departamento no muy lejos de acá, por lo que lo único que teníamos que hacer era ir allá.
Era hermoso. Bastante simple y hasta algo pequeño, pero a los tres nos gustaba. Habían tan solo dos habitaciones, por lo que solo Luke corrió la suerte de tener una propia, puesto que a mi me tocó compartirla con Alice. Aún así, tenemos la mas grande.
Cuenta con una cocina/comedor, un único baño y una sala algo pequeña, sin contar el balcón. Hay un lavadero compartido en el último piso del edificio, por lo que allí tendríamos que subir cada que queramos lavar ropa. Ya lo ven, simple pero cómodo.
-Bien, ¿quién se encarga de la cena?.- preguntó Alice, dando ya por seguro que no sería ella. Yo rapidamente negué con la cabeza y ella miró a Luke.
ESTÁS LEYENDO
Aún te odio, ¡Idiota!
Roman pour AdolescentsDicen que el primer amor nunca se olvida, y que uno sólo se enamora realmente una vez en la vida. Dicen que cuando dos almas están destinadas a estar juntas, volverán a unirse. Ximena siempre fue una romántica empedernida, pero cree que esas cosas...