Eres luz [Erick Brian Colón]

•CAPÍTULO 11 •

EL CHICO DE OJOS VERDES

Olivia

Después de la calurosa bienvenida de parte de mi compañera de habitación, me vi en la necesidad de buscar un lugar para leer tranquilamente, ya que al parecer, a mi compañera no le hace mucha gracia mi presencia en nuestro cuarto.

Terminé sentada en el césped del jardín de la residencia, a la sombra de un árbol. Me dedique a leer mi libro hasta antes que se oscureciera, e incluso me topé con la chica de esta mañana, Abby, y estuvimos conversando otro poco en lo que su novio pasaba por ella.

Al caer la noche, me pasé por la máquina expendedora y compré un café para tomarlo antes de ir a mi cuarto, esperando a que mi compañera ya esté dormida, o al menos, esté más simpática que hace unas horas. En ese tiempo, un grupo de chicas estaba reunido en la sala común junto a la máquina expendedora y al verme, decidieron incluirme en su conversación sobre lo aburrido que estuvo la charla de hoy por la mañana.

Por lo que logré observar, las chicas son amigas desde la secundaria, todas van en primer año, y cada una está en una carrera distinta. Intento memorizar sus nombres y rostros para no olvidarlas y así juntarme con ellas cuando mi compañera de cuarto decida volver a adueñarse de nuestra habitación.

Al ir a mi cuarto, me encontré con la habitación vacía, así que me aproveché de cambiar de ropa y llamar a mi familia en lo que me acostaba a dormir. En casa nada ha cambiado, más que mi ausencia. Mamá sigue trabajando en el mismo lugar, los abuelos cuidan de mi hermano cuando no está en el colegio, y mi mejor amiga ha comenzado sus clases. Poco tiempo después corto la llamada, me entra el sueño, y me quedo dormida.

Me levanto apenas escucho sonar mi alarma, mi compañera de habitación duerme en su lado del cuarto, y me tomo un segundo para observarla, a pesar de que la mitad de su cabello está sobre su cara su rostro luce relajado , ha colgado en la pared de su lado unos cuantos posters de cantantes, pero no logro reconocer a ninguno de los rostros en la pared. Tiene un montón de ropa tirada en el piso a los pies de su cama, supongo que desarmó sus maletas en busca de un pijama y olvidó ordenar, también tiene un cuadro de fotos de ella junto a un hombre de unos veintitantos, ha de ser su novio, o tal vez un hermano.

Tomo la ropa que ocuparé el día de hoy y me encamino a las duchas comunitarias con mi neceser en mano. Después de una corta y rápida ducha, me visto con unos jeans simples y una camiseta de estampado, vuelvo a mi habitación y busco alguna chamarra y mi mochila para  irme a clases. Mi compañera ya ha despertado, pero ha despertado de mal humor, sus primeras palabras fueron reclamos contra mi persona por haber abierto las cortinas y la ventana.

Dejo mi neceser, tomo mi mochila, llaves, celular y me voy a la facultad de ingeniería, ya después me preocuparé por el desayuno. Corro en busca del salón que dice mi papeleta, soy pésima para recordar direcciones, así que termino preguntándole a un grupo de chicos que conversaba a pocos metros de mí.

Tal parece que el grupo de chicos a quien les pregunté, son bromistas, porque terminé en otro edificio para nada al que tenía que ir. Me enviaron a la facultad de letras, al otro lado del campus. Voy tarde a mi primera clase del día, no puede ser. Corro por los pasillos tanto como mis pies me lo permiten, pero ni siquiera siendo Flash llegaría a tiempo para la clase, espero que el profesor no haya llegado aún y no note que llegué tarde.