Capítulo 30

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Estaban ya en la casa del constructor de puentes después de aquel trágico momento.

El rubio estaba muy cansado despues de todo había estado muchas horas para poder curar la herida de Rey.

Gracias a que había aprendido un poco de jutsu médico en el tiempo en que había sido Anbu en entrenamiento, no era tan especializado en la medicina como Tsunade pero era competente para poder curar heridas y al ser el contenedor de Kurama había sido de gran ayuda.

Había necesitado una habitación para poder trabajar más eficientemente por lo que la hija del constructor de puentes Tsunami le había dado una habitación, estaba en la parte de arriba de una de las habitaciones de huéspedes era pequeña y muy modesta pero acogedora, estaba sentado en la cama con la pequeña Mei dormida en su regazo después de estar mucho tiempo llorando, estaba muy asustada y había olido mucha sangre por lo que podía entender a cierto nivel lo que estaba pasando.

Mientras él rubio solamente se quedó viendo el cuerpo de Rey tendido en la cama, había sido muy difícil tratar la herida para que no se infectara pero sobre todo para evitar que Rey pasará a la siguiente vida pero gracias al chakra de Kurama logró que Rey se repusiera de la herida que había sufrido, no estaba completamente cicatrizado pero estaba fuera de peligro por lo que iba a estar bien en unos días gracias al chakra de Kurama ya que para un humano normal posiblemente tardaría solo unos meses.

Justo en ese momento él Anbu había terminado de cocer la herida por lo que el chakra de Kurama ya lo estaba cerrando, estaba la puerta cerrada, al igual que la ventana pequeña, por lo que se había quitado la máscara dejando ver su rostro estoico y sin emociones o eso es lo que aparenta la máscara que el mismo creó pero ahora que estaba solo había dejado que sus emociones se mostrarán.

Estaba muy preocupado ya tenía muchas horas en la habitación pero no se había molestado en salir hasta que Rey estuviera bien o por lo menos que él se despertara.

La pequeña Mei bostezo mientras se removia en su regazo que fue cuando Naruto salió de sus pensamientos oscuros para poder prestar atención a la niña pequeña que minutos antes estaba durmiendo.

-otoo-chan-Dijo la pequeña parpadeando lentamente.

-¿que pasa?-Pregunto Naruto mientras acomodaba mejor a la pequeña niña.

-Nii-chan ¿va a estar bien?-Pregunto Mei mientras sus ojos se llenaban de nuevo de lágrimas, se froto los ojos rápidamente para evitar llorar porque sabía que su padre odiaba verla llorar, tal vez estuvo bien cuando era un bebé y lloraba pero ya no era una bebé por lo que tenía que comportarse como lo que era y ser fuerte ya que no iba a ganar nada llorando.

Naruto se quedó en silencio por unos minutos antes de despejar rápidamente su cabeza de las dudas que lo atormentaban.

-Hai, él va a estar bien-Dijo automáticamente.

-Es que.. olía mucha sangre-Dijo con un nudo en su garganta mientras se tragaba las lágrimas con fuerza y apretaba la mano de su papi.

-Lose, no te preocupes ¿ok? Todo estará bien cuando menos te des cuenta vamos a ir a ichikaru ramen-Dijo mientras le sonreía un poco y apretaba ligeramente su mano pequeña.

-Eso me gustaría mucho, me gusta mucho el ichiraku de Teuchi y Ayame-chan-Dijo con una gran sonrisa.

Ya que cuando su padre no trabajaba que eran en realidad pocas veces iban a Ichiraku todo era muy agradable eran únicos esos momentos que pasaban con su familia, se sentía único esos momentos porque a pesar de no poder ver si sentía y escuchuba todos los ruidos del exterior a si como las risas de su hermano, la platica amena y tranquila de su papi y de Teuchi y Ayame-chan y aunque su padre no hablaba mucho si se notaba que estaba feliz ya que las pocas veces que hablaba o lo cortante que sonaba si podía distinguir el volumen de su voz que resonaba con tranquilidad cada vez que estaba alegre y es algo que Mei nunca entendió ya que su papi aunque era distante era bastante agradable y producía un ambiente cálido y acogedor.

Naruto: El AnbuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora