¡Nagüevoná, Hyunjin! [SKZ - HYUNIN]

3. Puro pana falso.

Jeongin llegó ese día más dormido que despierto pal colegio. Se sentó en el primer puesto de la fila pegada a la pared donde estaba la puerta. Ahí no le pegaba sol, entraba el fresquito, el profesor se le sentaba lejos y era el primerito en salir al receso o a la hora de salida, aparte de que se fugaba fácil. Le encantaba ese puesto, naguará.

—Qué raro, tú aquí —se le acercó una chamita ladilla. No, mentira, ella ya estaba allí, solo que pegada a la pared haciéndose la india de que estaba poniendo cuidado a la clase y estaba era soñando con dos arepas con atún en el puesto detrás de Jesús de Inés. La menor agarró y se secó la saliva con la mano mientras bostezaba. Bicha cochina. —Mira, ve, ¿qué dio la de química? Es que me dormí —preguntó.

—Noooo, ¿en serio, Krismar? Casi que no nos dimos cuenta —entró Beomgyu al área de salío', haciendo que la chama se arrechara ya tan temprano con el sarcasmo que ella misma juró quitar a punta de correa. —Coño, no te me arreches, plis. Era mamando gallo.

—Verga, Benjamín Gabriel, ¿ves que sí provoca es date', becerro? Anda a jalarle bolas al carajito este, el Tepuy aquel, pa' que dejes lo entrépito un ratico, nojoda —el de pelo gris se picó porque la vio feo, tomó sus macundales y se fue del salón. Pero no te me piques Benjamín, naguará. —Ajá, dime pues, ¿qué dieron?

—Verdá' que ni le paré bola, me puse fue a jugar Candy Crush en el teléfono de Beomgyu hasta que le acabé la pila. De vaina y no me duermo como tú ahí.

—Coño —se quejó. —Bueno, total ya pasé esa mierda, mejor dime, ¿qué haces aquí en hora libre? Es arrecho que estés aquí y no ladillándome por mensajes diciéndome "marica me haces la segunda ahí en equis materia que estoy vía San Juan de Payara con mi combo 'e maricos, les dices que me dio chikungunya o una vaina así y me tuve que ir a mi casa".

El menor se encogió de hombros.

—Cónchale no sé, me dio lala —respondió. —Tipo que Minho y Chris andan pendientes con lo de su promoción, y el acto y la vaina, y Felix y yo pues nos metimos en nuestros peos por ahorita —añadió sin más. Tampoco es que era muy complicado.

Aunque los mayores no estuviesen muy entusiasmados por recibir su piche título, eran parte de la promoción y no les quedaba de otra que formar parte de las reuniones balurdas con sus compañeros porque capaz y alquilaban una miniteca para esa mamagüevada y rial no iban a gastar en esa marisquera. Pero con lo loco que son los de quinto año, quién sabe.

—¿Y ya? Tú sí eres chimbo, vale —mencionó la de pelo oscuro, bostezando otra vez.

—Ah bueno, pero deja el fastidio, Marisela*.