Woojin tuvo que habilitar los dos carros de su casa para llevar a tantos carajitos. Y le costó una bola quitarlos prestados, hasta tuvo que llamar a su hermano para que le hiciera la segunda con sus papás para que los viejos aflojaran esas llaves.
Christopher se había quedado a dormir la noche del viernes en su casa para poder salir en la mañana con las camionetas al simultáneo ya que de bolas él no iba a manejar las dos. Sería arrecho de su parte, pero el día que haga eso por Dios y su madre que le iban a tener que prender velas y recitarle una oración en cantonés.
A las diez y piquito llegó a donde Jeongin. Era el más cercano que le quedaba desde su urbanización. El pelinegro aún tenía las marcas del chinchorro en la cara, media arepa en la jeta y dos bolsos lo acompañaban, uno era el que usaba para el liceo y otro viajero que de seguro llevaba platos, cucharillas, tenedores, vasos, todos de plástico, y refrescos más los paquetes de chucherías que le había tocado llevar al menorcito, o que más bien se encaletó del negocio de confitería de su papá por ahí.
Woojin en realidad no sabía dónde vivía el menor más que por la explicación choreta que le dio en la noche anterior por WhatsApp, sin embargo, al verlo fuera de su casa con esa expresión y esos ánimos que Jesucristo tenga en su misericordia lo identificó más rápido que en lo que tarda en irse la luz en Maracaibo.
Jeongin lanzó sus macundales al platón y se metió de copiloto en la camioneta.
—¿Y qué pasó con el cristiano de Chan? Creí que venía contigo.
—Está recogiendo a Minho y a Felix para ahorrar tiempo y gasolina porque no sí, esa vaina no se consigue y está carita, vale.
Entonces ahí comenzó una conversación toda balurda entre dos carajitos de liceo que ajá, solo trataba de Woojin explicando cómo se organizó con su jevo para recogerlos a to'itos. Ya que Chan tenía la camioneta nueva de doble cabina, él iría por Minho, Felix, Beomgyu (ya que este vivía en San José y eso era al lado de El Tamarindo, donde vivían los primos Lee y hasta él mismo, así que le darían la cola), Seungmin y Changbin que dijeron que esperarían a que los recogieran en la estatua de Páez porque ambos iban era escapados de sus casas.
Y Woojin lo recogería a él, Hyunjin y Jisung que vivían ambos por la calle El Yagual, casi que eran vecinos y se tiraban pepas de mango de techo a techo los mamagüevos esos. Después de ir por el gentío los dos se reunirían en la estatua de Páez, sí, la misma donde esperarían a chichón de piso con esteroides y mal de rabia, o como decían sus cédulas, Changbin y Seungmin. A partir de ahí Beomgyu y Jeongin los guiarían porque los conductores de vaina tenían una idea de dónde era.
Jisung y Hyunjin estaban esperando en casa del segundo. Han cargaba todos los bolsos porque el mayor seguía sentido de los coñazos que se dio en caída libre por las escaleras. Rápidamente al ver el carro conocido se apuró en tirar los dos bolsos, una cava, y hasta un chinchorro en el platón, ¿tú has visto? Ese como que iba mudao' de su casa.
ESTÁS LEYENDO
¡Nagüevoná, Hyunjin! [SKZ - HYUNIN]
FanfictionDonde a Hyunjin le gusta hacer arrechar a Jeongin diciéndole José Ismael. Y donde Jeongin le quiere caer a coñazos a Hyunjin por salío'. Estado: culminada.