¡Nagüevoná, Hyunjin! [SKZ - HYUNIN]

ESPECIAL #O4 ; disturbio.

—Coño, que güevo, ¿cómo le hacen ustedes para estudiar en este calorón? —se quejó Han, soplándose con una tapa de libreta. Primer día y ya tenía la libreta escoñetá', que bolas.

Felix se encogió de hombros arreglándose el chemí porque ya no tardaban en regresar al salón. Mardito receso de diez minutos, no le daba tiempo a uno pero ni de tirarse un peo. Jeongin por su lado se veía tranquilete, viéndose papi con su chemí marrón nuevo paveando con él. Andaba fiebrúo' porque ya estaba en cuarto año, pero al mismo tiempo cargaba un sentimiento de vacío porque Chan y Minho no estaban echando jodía con ellos pidiendo de a mil bolos pal pasaje o para un pan canilla.

Sin embargo, en su lugar estaban Seungmin con caretabla y soltando malasangruras a diestra y siniestra, en plena formación ya se le había alzado a un causa malandrito de los de quinto año y se la tenían sentenciada. Un show, pana, pero ni Beomgyu. También estaba Jisung siendo un cagao' pendiente que no le vayan a dar su astazo por ser un nuevo. Y por último estaba el pegoste 'e novio que se vino a buscar Jeongin, Hyunjin, siendo más pato de lo usual porque en ese liceo no le paraban bolas a lo que uno se metiera por el culo o no, totalmente opuesto a su liceo anterior.

Changbin por otro lado siguió en su mismo liceo porque ni que uno fuese rico pa' comprarse otro chemí y mandarle a bordar el distintivo de otro liceo, no sí. Minho se metió a estudiar medicina veterinaria en la UNESR, Chan se metió en la UNEFA con una ingeniería que ya nadie ni se acuerda, y Woojin llevaba como un mes fuera del país, en España junto a Seokjin, su hermano. Woojin y Chan sobra decirse terminaron su relación y tal, pero los muchachos hacían lo posible e imposible por que volvieran a empatarse así fuese a distancia.

Jeongin solo tenía para recordar al pana de los dientes chuecos y las camionetas los uniformes que le había dejado.

—¿Y Hyunjin? —preguntó Seungmin que jurungaba su celular, recostado en la pared agarrando señal.

Todos voltearon a ver a Yang, que se andaba tragando los mocos.

—Ah bueno, yo estoy claro que es jevo mío pero tampoco sé adónde es que anda veinticinco-ocho —se apresuró en decir el boca'guá este.

Felix le mató los ojos.

—Marico, hace ratico nada más te dijo que iba para el baño —mencionó el pecoso ahora rubio.

Tremendo papi el Felix.

—Ah —fue todo lo que dijo el pelinegro. Que bolas.

—Mano, cargo rolo 'e filo y ando ladillao', vamos por una bolsa de mango con adobo, ¿sí o qué, Jeongin?

El menor se encogió de hombros y se fue con Beomgyu pal requinto coño del liceo a comprar sus mangos por una ventana a las paredes como si estuviesen comprando crippy. Les sabía a culo si entraban tarde o no, era el primer día. Es más, ya no ilataban en irse de güevonsotes a la casa de Jeongin a jugar con el balón original que su cuñada le regaló desde las mayamises.