Parte 9

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Tras la confesión de Tzuyu las chicas habían ideado un plan para encontrarse con los japoneses. Todas estaban en sus puesto esperando a que aparecieran por el lugar. Dahyun vio a los lejos los caballos y rápidamente metió un pequeño silbido haciendo a los pájaros cantar. Entre los japoneses reinaba la tranquilidad, muchos iban admirando el paisaje. La princesa japonesa se dio cuenta que su general, y mejor amiga, estaba sonriendo. 

En ese instante dos árboles cayeron cortándole el paso, tanto para hacía delante como hacía atras. Los soldados rápidamente se pusieron en posición para proteger a su princesa, todos excepto Mina que no era capaz de aguantarse la risa. La joven levantó la mano en señal de tranquilidad. La chica miró a su amiga antes de hablar.

- Me esperaba una mejor bienvenida, tu mejor que nadie sabes que no vas a hacer volar la flecha. -Dijo mirando fijamente hacía un lugar en concreto.

Rosé apretó los dientes, pues no soportaba la soberbia con la que la japonesa se había dirigido a su amiga. Ella si era capaz de meterle un flechazo entre ceja y ceja. Para desgracia de Mina quien apareció en su camino fueron Jennie y Jisoo. La japonesa le indicó con la cabeza a su reina que venían a negociar. La joven desmontó de su caballo seguida de sus guardias. 

- Hola, soy Minatozaki Sana. Vengo a negociar mi unión a la causa -Dijo la joven.

- ¿Como podemos fiarnos de ti? -Habló Jisoo.

- Crees que si no fueran esas nuestras intenciones, nos hubiesemos dejado encontrar. -Contestó Mina. 

-Todo lo que tiene de bonita lo tiene de gilipollas -le susurró Lisa a Irene. 

- Bien, creo que este no es el lugar de hablar. Venid y espero que no estéis tramando algo porque estaréis muertos antes de parpadear -Dijo Jennie mirando fijamente a la general. 

El trayecto a la aldea fue tranquilo aunque ninguna de las chicas le quitaba la mirada a las japonesas, ya que ninguna se fiaba. Sin embargo, dos pares de ojos lo hacían de forma diferente. La reunión tendría lugar en casa de Momo, como era costumbre. La familia Hirai se habían ganado el respeto desde hace mucho tiempo. Mientras todas las chicas entraban Mina se quedaba para la última junto a Sana. En cuanto pasó Tzuyu por su lado intentó agarrarle la mano pero esta se la negó provocandole  un sentimiento de tristeza, que rápidamente escondió con su mirada fria. Solo Sana la había visto vulnerable. 

-Vaya, si parece que tiene sentimientos y todo. -Dijo Momo en japonés.

-Sabes de sobra que si. Parece que te fue bien Hirai. -le respondió Sana en su idioma mientras le sonreía. 

-En lo material si, en cambio en lo personal -Dijo mirando fijamente a la rubia con mechas rosas.

-Momo, no vayas por ahí -le suplicó.

-Parece que sigues sin gustarte que te digan la verdad a la cara. Lo siento princesa, pero sigues siendo la mujer a la que amo. Sin embargo, no pienso arrastrarme, no otra vez. - dijo antes de entrar a su casa dejando a Sana con la mirada pérdida. 

Mina escuchó las palabras de su ex mejor amiga y no pudo evitar sentir tristeza. Si supiera la verdad no actuaría así. No pudo evitar abrazar a la rubia que luchaba por aguantar sus lágrimas. Sana rompió a llorar en los brazos de la única familia que le quedaba, ya que sus padres habían fallecido hace una semana a costa de una enfermedad. Por lo que realmente estaba en condición de emperatriz de Japón y no como heredera. El llanto de la mayor provocó un pequeño sollozó en la menor. Cuando ambas se tranquilizaron entraron en la casa. 

-Bien, la propuesta es simple: queremos vuestras tropas al 100% bajo nuestro mando. Japón pasará a formar parte de nuestro reino y estará a nuestra disposición siempre. -Le comunicó Jennie mientras Jisoo negaba con la cabeza.

Age of Empires( Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora