Lexa duró en la cama un día provocando continuas peleas con su esposa. Aunque realmente el motivo no era la poca capacidad de reposo de la joven, si no la prohibición de los paseos de Clarke. La rubia se sentía en una cárcel, todo el día encerrada en el castillo, sin poder hacer nada. Su esposa la quería en la casa pero le había prohibido ayudar a las empleadas con la limpieza o hacer la comida. Para colmo tenía que ver como ella si podía salir con la excusa de que debía vigilar el terreno junto a sus guardias. Por suerte Raven y Octavia llegarían esa tarde, por lo menos no iba a estar tan aburrida.
La puerta del cuarto se abrió en ese instante dejando helada a la rubia. Lexa entraba con su rostro ensangrentado y con un pequeño corte en el brazo. Clarke no duro ni dos segundos en su sitio y rápidamente fui corriendo a mirar a su esposa. El aire volvió a sus pulmones en cuanto comprobó que la sangre de la cara no era suya. Antes de que las manos de la rubia abandonaran su rostro, la ojiverde aprovechó su cercanía para dejar un suave beso en los labios.
Después del incidente en el bosque ambas chicas se habían vuelto más cercanas, ya no dormían en habitaciones separadas y comenzaban a comportarse como un matrimonio. Aunque los besos eran escasos al igual que las muestras de cariño, pero los ojos no mentían y todos eran testigos de como las dos jóvenes se miraban con amor.
Sin embargo, las peleas no disminuyeron sino que aumentaron debido a la preocupación de ambas chicas. Clarke siempre peleaba con Lexa en la cena, echándole en cara que ella si podía exponerse frente a sus enemigos. La joven reina aguantaba la regañina como podía aunque casi siempre acababa replicando a la rubia. Olimpia observaba con una sonrisa en la cara mientras bebía una copa de vino y comía palomitas. La mayor había ordenado plantar mazorcas de maíz en el pequeño huerto del castillo.
Clarke sentó a Lexa en la cama antes de ir a por el pequeño botiquín, que guardaban en el baño. Por suerte era solo un rasguño y no necesitaba puntos. Se notaba la tensión entre las jóvenes y el silencio era incómodo.
- Sé que estas enfadada, pero yo no tengo la culpa de que mi suegra me odie. Como mi abuela te adora no sientes esa presión - dijo Lexa intentando sacarle una sonrisa a la rubia. Pero el rostro de su esposa seguía serio -Clarke
- ¿Por qué? ¿Por qué haces esto? ¿Qué quieres demostrar? ya basta de demostrar tu fama de gran guerrero, todo el mundo sabe que eres la mejor. Lexa, ahora eres reina, a mi me respetan porque tengo un anillo en mi dedo puesto por ti, pero si murieras en menos de lo que tarda en quemarse tu cuerpo me quitarían la corona. No te estoy diciendo que no luches en batalla, pero deja de querer estar en todos lados. Tienes una gran guardia que hace muy bien su trabajo, deja que ellos exploren y te informen. Admiras a Athenea, diosa de la sabiduría y de la guerra, crees que le ganó Atenas a Poseidón poniéndose en riesgo cada dos por tres - había terminado de curar su herida, por lo que sus manos buscaron la de su esposa - porque no dejas de jugar a ser inmortal y terminas de recuperarte enseñándome a ser reina. No quiero ser la típica reina florero, tus enemigos te ven débil por mi culpa. Enséñame a reinar junto a ti y el mundo será nuestro.
- Al final mi abuela va a tener razón y vas a ser mejor reina que yo - dijo con una enorme sonrisa provocando el sonrojo de la rubia - A partir de ahora vendrás conmigo a los consejos de guerra, a las reuniones de los consejeros, tendrás acceso al dinero real. Lo único que no vas a poder hacer será participar en la batalla. Patalea y protesta todo lo que quieras pero no pienso permitir perderte.
- Tranquila, prefiero estar al lado de Olimpia que empuñar una espada - contestó antes de fundirse en un suave beso. Un beso que indicaba el nacimiento de una nueva era - Ahora, explícame por que te dijo eso Olimpia.
Flashback
Faltaban dos horas para su boda y Lexa no quería salir de su cuarto. Ella soñaba con casarse y formar una familia, con algo de ayuda debido a que no se iba a entregar a ningún hombre. Tampoco dejaría que ningún chico tocara a su esposa. No podía negar la belleza de su futura esposa pero algo le decía que le iba a traer millones de dolores de cabeza. En ese instante entraba Olimpia con cara de pocos amigos.
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Age of Empires( Pausada)
FantasyLexa, reina de Grecia empieza a conquistar los pueblos de alrededor de su país. En una de sus conquistas conoce a una chica que le quitará el sentido. Tras superar varios escollos deciden conquistar el resto del continente. Mientras tanto en el otro...