Idiots.

3.2K 305 66
                                    

Le dolía el cuerpo, los ojos; y si quería ser cursi, podía decir que el alma.

Habían pasado tres o cuatro días en que no tenía idea de Stiles. No quería contarlos realmente, eso solo haría más tortuosa la lejanía y ya suficiente se estaba torturando recordando la escena una y otra vez.

Aunque a quién engañaba, le mataba, - también - despertar solo después de haber experimentado el dormir con alguien que le demostraba hasta en la inconsciencia del sueño que le amaba y que le valoraba.

Odiaba estar solo.
Odiaba ser el jefe y tener el privilegio de poder faltar cada día que quisiera, porque de no ser así; seguramente le hubiese tocado mover el culo para salir a trabajar y conseguir su sustento.

Pero no, él era uno de los pocos privilegiados. Y en ese momento, no quería. Lo que quería, en cambio, era a Stiles. A Stiles y a sus brazos alrededor de su abdomen y a sus ojos saltarines brillando por el sol recién salido.

O brillando porque eso era, básicamente, lo que Stiles hacía siempre.

Stiles, quien no había dejado de comer helado ocupando la mayoría de tiempo de su amigo Isaac; se limitó a dejar que su celular perdiera toda su batería y a esconderse en sus cobijas como si fueran un castillo impenetrable.

Extrañaba a Derek, demonios, sí que lo hacía. Pero ambos se lo habían buscado con sus diferentes inseguridades y chorradas que claramente - y si tenían suerte - podrían discutir y solucionar.

O tal vez solo había sido él, exigiéndole demasiado a Derek. O tal vez solo Derek, siendo tan posesivo y dañino como nunca pensó. Le había dolido lo del contrato, claro, había sido un golpe bajo, como queriendo recordarle que más que su novio era un objeto en juego que se había ganado con un estúpido papel firmado.

Pero si era totalmente sincero, lo que más le había dolido fue ver que Derek no lo intentó más, y en cambio, se quedó escondido en los brazos de aquella morenaza de cuerpo glorioso; que por cierto, no acusaba de nada más que de ser hermosa.

Y bueno, en parte - y aunque le doliese - debía admitir que si Derek le había cambiado por ella, tenía sus motivos. Motivos muy despampanantes y remarcados que obviamente él no tenía.

Con solo aquella afirmación bastó para hacerle llorar de nuevo, queriendo mentalizarse de que Derek solo había sido un idiota. Así como él. Y que para su bien, ninguno de los dos había decidido buscar remplazo.

(...)

Llegó el día en que el helado no fue suficiente y en que decidió ir a enfrentar sus problemas. O más bien su problema, uno, Derek.

Se esforzó escogiendo su ropa, cosa que difícilmente pasaba, se aplicó un poco de fragancia y hasta utilizó un extraño bálsamo para labios que encontró en la infinidad de su habitacion.

Estaba decidido a dejar que Derek se explicara, y luego explicarse él. Era como se solucionaban las cosas, ¿no? Eso le había dicho su padre en medio de una cena en donde él se limitó a remover la comida sin ganas.

Sabía que Derek había estado llamando a su papá, pues este mismo le había contado con pelos y detalles la forma en la que Derek casi le suplicaba que le dejase hablarle. "Cuando esté listo te llamará" era todo lo que había dicho su papá.

O eso era lo máximo que había escuchado Stiles, pues el azabache; entre la hilarante cantidad de llamadas con el progenitor de su ex novio - auch -, había escuchado muchos "dale su tiempo, hijo", "no la está pasando muy bien pero no quiere hablar de ello", "¿qué le hiciste? ¿qué te hizo?"

Obedeció y le dio tiempo. Tiempo que pasó de ser una semana a dos, y que no quería que llegase a ser tres o más.

Esa mañana se habia levantado muy dispuesto a ir hasta la empresa para averiguar la residencia de los Stilinski con Void. Mas se vio interrumpido por una morena que ultimamente había estado muy presente en su vida, cosa que agradecía, pues sin duda le había sacado un poco de su sumisión en la depresión y miseria cambiándolo por cansancio físico y, de cierta manera, placer.

Hey daddy!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora