Cap 1. La gran empresaria.

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Nueva ciudad, nuevo ambiente, nuevos proyectos, nuevas personas, ¿Nuevos problemas?

¿Qué podría esperarse de María José ahora qué se ha mudado de cuidad nuevamente?

Era obvio, para ella todo era simple diversión.

—Valentina date prisa. Tengo que estar en Washington lo más pronto posible.

—¿Por qué mierda no puedo quedarme en Texas? -Exclamó la hermana subiendo al gran avión que tenían. Odiaba tanto viajar con su hermana.- Te necesitan a ti, no a mí.

—Mira no empieces. Tú te vienes conmigo y no hay discusión alguna, ¿Entendiste?

—Debiste haber muerto tú en el accidente y no mis padres.

María José se quedó en total silencio. Sabía que, si iniciaba una discusión con su hermana sobre aquel tema las cosas podrían salir mal.
Ella podía lidiar con la culpa de la muerte de sus padres, pero no soportaba el hecho de que su hermana la odiará las 24 horas del día.

Sin expresión alguna en el rostro la empresaria hizo señal al piloto y segundos después el avión ya estaba despegando a su próximo destino.

María José miraba el cielo desde la ventana. Cada noche se preguntaba a si misma ¿Qué sería de mí si mis padres estuvieran aquí?
A sus 18 años de edad dejo su carrera en el baile y tuvo que tomar el mando de la empresa y el cuidado de su hermana. No le fue fácil, eso se ha de aclarar, pero logró salir adelante gracias a la gran ayuda de su mejor amiga, Mica.

Ahora a sus 23 años todo le era más fácil, más sencillo de conseguir. Sus planes salían a la perfección. Nada podría arruinarle eso, ¿Cierto?

—Señorita Garzón estamos a punto de aterrizar.

María José simplemente asintió y lentamente comenzó a despertar a su hermana quién se quejó pero terminó por despertar sin emoción alguna.

Horas más tarde ambas se encontraban en la que sería su nueva casa, u otras de sus tantas mansiones.

Unos minutos más tarde el camión de mudanza llegó y comenzaron a bajar las cosas.

Y así se fue el resto del día.

La noche había llegado y María José tenía que ir a prestarse en la empresa. No quería dejar a su hermana sola, pero no tenía otra opción.

—Valentina tengo que irme, hay comida en el refrigerador por si te da hambre. No creo llegar esta noche.

—Por mí pierdete si quieres. -La menor la ignoro y volvió a su pintura. Disfrutaba demasiado del arte, era una de sus grandes pasiones.-

La empresaria rodó los ojos y salió de la casa, subió a su auto y le dio indicaciones al chófer.
El clima no parecía nada favorable pues había comenzando a llover. Sus ojos no dejaban de admirar la gran ciudad que se veía por la ventana y sin darse cuenta tenía una gran sonrisa en su rostro.

Su gran momento se vio interrumpido por el sonido de su celular.
Se quejó amargamente y contestó.

—Diga...

—Idiota, ¿Por qué no me avisaste qué habías llegado ya?

—Yo sí tengo cosas que hacer, Mica. -rodó los ojos la empresaria.- ¿Sabes si ya llego el nuevo modelo de auto?

—Justo ahora lo estoy viendo y créeme cuándo te digo que está mejor de lo que esperábamos.

—Eso suena espectacular. Acabo de llegar a la empresa, te veo adentro.

María José colgó en el instante que el auto se detuvo. Tomó su abrigo negro y bajo del vehículo siendo admirada para cada ser que pasaba por la calle.
Sonreía sin vergüenza alguna, sabía con certeza lo que provocaba en cualquier persona que la viera.

Con una gran postura se acomodo el gran vestido negro que portaba acompañado de un maquillaje ligero, pero demasiado perfecto. Dio una ligera mirada al gran edificio y finalmente entro.

—Disculpe, señorita. -Un hombre de seguridad la detuvo del brazo.- El lugar está cerrado por ahora. Es un evento privado.

La mujer río ligeramente.

—Primero que nada, quita tu mano de mi brazo. -El hombre se vio intimidado por la mujer e hizo caso de inmediato.- Y segundo, yo puedo salir y entrar de este lugar las veces que yo quiera.

—Lo siento pero tendré que escoltarla a la salida.

—Cuidado y vuelvas a tocarme. -Advirtió la empresaria.- ¿Sabes quién es la dueña de está empresa?

El hombre asintió.

—¿Y sabes qué la estás haciendo llegar tarde a una junta ahora mismo?

El guardia se quedó pálido y no dijo  nada, comenzó a ponerse nervioso, sus manos comenzaron a sudar y María José juraba que iba a desmayarse el hombre en cualquier momento.

—Discúlpeme señorita, yo no... Yo no quería... Yo solo...

La ojiverde solo se alejo con una pequeña risa, le entregó su abrigo a la recepcionista y finalmente llegó a la sala de juntas.

—Y miren quién apareció. -Se escucho la voz de un hombre por el micrófono.- Con ustedes señores, María José Garzón.

Todos volteado en dirección a la gran mujer quién sonrió en el instante que escucho los aplausos. Camino hasta el centro del lugar llena de halagos y sonrisas de coqueteo, pero ella simplemente los ignoraba.

—Buenas noches, señores. -Saludo con una gran seriedad en su rostro la mujer.- El día de hoy la empresa GarzónCars está apunto de pasar a la historia. Será la envidia de todas las compañías, todo aquél que entre a este lugar en busca de un nuevo vehículo saldrá maravillado con esta nueva belleza. Con ustedes el nuevo proyecto de este lugar.

La gran cortina blanca tras ella se desprendió y dejo al descubierto un gran automóvil convertible demasiado lujoso color rojo mate, y llantas negras. En la parte de las puertas llevaba unas líneas negras, los asientos era totalmente de cuero, radio con unas bocinas con alto volumen y un par de compartimentos para colocar bebidas.

Todos parecían estar maravillados. Los aplausos continuaban con gran halago, gritos de apoyo y uno que otro hipócrita murmuraba.

Los saludos y presentaciones de nuevos empresarios no duraron más de tres horas y María José ya estaba visitando su nueva oficina.

—¡Todos quedaron maravillados!

—Así es este negoció, querida. -Sonrió la empresaria a su amiga, se acercó a la barra de bebidas en su oficina y se sirvió un poco de vodka.- En poco esa belleza saldrá a la venta.

—Se te aproxima una gran cantidad de dinero. -Mica se acercó a ella y le retiró la bebida de su mano para después beber ella.- Pero ahora necesitamos una noche de locura, ¿Vienes?

—¿Qué pregunta es esa? Obviamente es un sí.

Ambas amigas salieron del edificio y se percataron de que aún llovía, pero eso no sería impedimento para salir a celebrar.

María José tenía razón al decirle a su hermana que llegaría esa noche, pues horas después se encontró con una chica demasiado bella en un bar y esa noche festejo cómo nunca.

Se le aproximaban demasiadas oportunidades y grandes obstáculos que evadir durante el proceso.



Impossible Is Nothing. © »Caché.«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora