Solo era un día más, un día más en el que Daniela Calle despertaba a lado de la mujer que más amaba, oh eso hacían creer la prensa ya que estaba casada con una modelo muy reconocida.
Sus planes para el día eran los mismos de siempre. Tomar su desayuno mientras leía el periódico, llamar a sus padres al medio día, visitar los planes del gran albergue para animales que se estaba constituyendo gracias a ella, llevar a comer a su amada y al anochecer dirigirse a la academia militar que tenía a su cargo.
—Este día puede ser especial para algunos, pero para otros no tanto. -La teniente se mantenía con una postura recta, vistiendo ese atuendo que tanto la hacía ver aún más estricta.- El día de mañana comienza el entrenamiento de las personas recién ingresadas. Se les asignará un grupo a cada alumno que demuestre su potencial en este circuito y solo cinco tendrán el privilegio de poder tomar el mando.
Daniela le hizo señal a su ayudante y este de inmediato le acercó una hoja con la lista de alumnos que pasarían primero.
—Los siguente alumnos serán los primeros en pasar.
Y uno por uno fueron pasando. En menos de tres horas los presentes ya habían recorrido todo el circuito lleno de lodo, agua, sogas, piedras y demás obstáculos.
Daniela miraba con atención cada tiempo y ritmo de cada uno de ellos, nada que fuese de su agrado pues para ella no había excelencia en aquél lugar, sin embargo tenía que tomar una decisión aún que no estuviese conforme.—He de aclarar que todos ustedes son un asco es este oficio. -Dijó sin expresión alguna.- Los elegidos son Bárbara Martínez, Sebastián Villalobos, Mario Ruíz, Paula Galindo y Aida Domenech. El resto puede volver a sus labores de siempre.
Antes de que llegará la noche la teniente les indico a los cinco elegidos los que tenía que hacer con el grupo que les tocará y uno a uno fueron saliendo de su oficina con una carpeta en sus manos.
La ojimarron decidió volver a su casa, pero no contaba con que se encontraría con un tráfico que le tomaría de retraso una hora más.
—¿Esto realmente tenía qué pasar ahora? -Se dijo así misma mientras miraba el reloj de su muñeca.-
Su frustración fue interrumpida por una mujer que golpeó ligeramente la ventana de su auto. Cabello negro, estatura baja, ojos color verde claro, y para su sorpresa llevaba ropa deportiva algo ajustada a su cuerpo.
—Disculpa la molestia. -Dijó la mujer una vez que la teniente bajará el vidrio.- Eres el auto más cerca al mío y realmente no suelo hacer este tipo de cosas pero, ¿Sería posible qué me prestarás un celular? El mío acaba de quedar sin pila y necesito un mecánico.
Daniela admiro la belleza de aquella mujer. Sus curvas demasiado marcadas, el color de su piel y su olor a fresa. Esos labios demasiado sexys y no podría olvidar la dulzura de su voz.
—Ah... Sí, sí. -Respondió la ojimarron con un tono de voz nervioso.- Solo deja me orilló.
Después de algunos minutos Daniela le dio su teléfono y la empresaria llamó a algún mecánico cerca pero ninguno atendió su llamada.
—No puede ser, maldita sea. -Bufo amargamente María José. Intentó un par de llamadas más pero la situación seguía siendo la misma.- Gracias por tu ayuda, pero al parecer no hay nadie disponible a esta hora.
—Dime cuál es el problema, tal vez podría ayudarte.
—Se me ha ponchado una llanta.
—Oh... En realidad es fácil de cambiar. -Sonrió Daniela.- ¿Dejas qué te ayude?
—Realmente sí. Tengo que llegar a casa pronto.
María José se sentía demasiado aliviada debido a que era demasiado tarde y su hermana estaba sola en casa. Por otra parte no podía dejar de mirar a aquella mujer, nadie se ofrecería solo así a ayudarte a media noche.
Le llamo demasiado la atención la forma en la que estaba vestida ¿Será qué es militar? Pensó para si misma mientras veía a la mujer en acción. Ese cuerpo es de una diosa. Ese abdomen es demasiado perfecto y así su mente comenzó a hablar y dar miles de ideas locas.
En un par de segundos ya tenía mordiendo su labio.
—Quedó listo. -Habló Daniela mientras se levantaba del suelo.- Pero te recomiendo que lo lleves al mecánico por que tal parece que este tipo de llantas no son el adecuado para este auto.
María José seguía perdida en su mente admirando a aquella mujer. Sus ojos no dejaban de mirar sus labios y cuerpo. Estaba perdiendo la razón.
—Señorita...
—Ah, sí, sí... Lo siento... Yo solo estaba... Yo estaba... Bueno no importa. -Rio con nerviosismo la empresaria. Las manos le sudaban.- En serio gracias por esto, me has salvado la vida.
Daniela sonrió.
—No fue nada y espero que llegues a casa pronto eh...
—María José.
—Daniela Calle.
Ambas mujeres estrecharon la mano y la teniente volvió a su auto.
—Que tengas buena noche, María José.
—Igualmente, Daniela Calle.
Una sonrisa se dejó ver por ambas y Daniela finalmente se fue. Aquel nombre le era familiar, pero no estaba realmente segura de dónde lo había escuchado.
Al llegar a su casa subió directamente a su habitación y agradeció internamente el que su esposa no estuviese en casa.Se ducho, se colocó la pijama y finalmente se metió a la cama. El nombre de María José no dejaba de sonar en su cabeza, así que decidió tomar la laptop he iniciar una pequeña investigación. Tras unos minutos después la había encontrado.
—María José Garzón entra en el top 5 de los empresarios más reconocidos en Los Estados Unidos. -Leyó en voz alta y dio click en el artículo.-
Poco a poco fue leyendo cada párrafo de aquella noticia y realmente se sorprendió al ver la cantidad de dinero que ganaba al mes.
Sin duda alguna era una de las empresarias mejor pagadas.
—Creí que ya estarías dormida.
Daniela dio un pequeño salto y dirigió la mirada a la entrada de la habitación, ahí pudo ver recargada a su esposa quién vestía un vestido demasiado corto y sensual.
—Solo estaba revisando unos asuntos de la academia. -Dijó la ojimarron al cerrar la laptop y dejarla de lado.- y tú acabas de provocar demasiadas cosas en mí con ese vestido.
La modelo se acercó muy provocativamente a su esposa, se colocó en sus piernas y comenzó a besarla con demasiada pasión. Daniela colocó sus manos en la cintura de su esposa y la recostó en la cama.
Lo que no sabía la modelo es que durante esa noche de sexo Daniela tenía en mente a otra mujer.
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Impossible Is Nothing. © »Caché.«
Fanfiction-Y usted, Teniente Coronel, ¿Dejaría a su esposa por mí? -Ella dejo de ser mi esposa en el momento que mis ojos se cruzaron con los tuyos. María José, la millonaria, dueña de una gran empresa de autos, llena de lujos, mansiones, con una gran reput...