Capitulo 6

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— Ven Ann, acércate—Dijo mamá misteriosamente— ¿Ves al chico que está en la casa de Bono?

— Sí mamá, ¿Quién es?

— Es hijo de otro vecino., acaban de regresar del extranjero. De pequeño era muy lindo y ahora ya es un joven muy apuesto. Siempre pensé en él para ti.

— Ah... él debe de ser el famoso Diego. Por lo que veo es muy popular. Pero no madre, ¡¿Qué dices?! No me gusta. —Respondí con enfado.

— ¿Qué miran por la ventana? —Exclamó uno de mis tíos, quien había llegado de visita justo en ese momento.

— Le estoy presentando su futuro novio a mi hija. —Dijo mamá mientras reía y yo me fastidiaba.

— Olvídenlo, no me gusta, vamos a comer ya, por favor. —Dije molesta.

Pero lo cierto era que, por lo poco que había visto de "Diego" en ese momento, había algo en él que no me desagradaba del todo, aunque lo traté de disimular. De alguna forma, a partir de ese momento comenzó a llamar mi atención. No era mi tipo, sin embargo tenía algo que no me era indiferente. Tenía el cabello ensortijado, piel blanca, estatura alta y complexión delgada. No lo veía tan apuesto como todas decían, pero sentí cierta atracción que, de cierta manera, me había dejado un poco inquieta.

Como las noches anteriores, me dispuse a platicar con Joan para saber cómo le había ido en su cita con Daniela. Temía que ella lo hubiese tratado mal. Por lo que ella me había dicho en la conversación telefónica, no estaba muy dispuesta a darle una nueva oportunidad. Sin embargo, yo sentía tanta ternura por el amor que Joan sentía por ella, que deseaba con el corazón que volvieran.

— ¡Joan! ¿Cómo te fue con en tu cita? —Pregunté ansiosa.

— No muy bien, pero tampoco tan mal. No quiso regresar conmigo, pero me dijo que podríamos intentarlo, salir y ver qué pasa. Me siento muy bien Ann, ojalá algún día te pueda devolver el favor.

— Ni lo digas, espero que pronto regresen y seas muy feliz— Escribí emocionada.

— Perdón, estos días sólo te he hablado de Daniela y casi no me has hablado de ti. ¿Tienes novio?

— No, tengo muy mala suerte para el amor. Nunca he tenido novio.

— ¿Es real? Oye, ¿Por qué no tienes alguna foto tuya en tu perfil? Muéstrame una, por favor.

Supuse que quizá había tenido curiosidad de saber el por qué nunca había tenido novio y tal vez pensó que yo era muy fea y en realidad sí me sentía así. Pero la verdadera razón era porque, a pesar de tener varios pretendientes, nunca me había convencido alguno. Era demasiado romántica. Desde que era pequeña siempre deseé que mi primer beso fuese solamente con quien de verdad estuviera enamorada y, hasta el momento, esa persona no había llegado. Era raro porque todas mis amigas ya habían tenido uno o varios novios, por ende, ya habían dado su primer beso desde hacía tiempo y yo era la rara entre ellas. Pero lo cierto es que tampoco tenía fotos mías por esa inseguridad que me había dejado Martin y sus desprecios.

— No tengo, Joan. No soy fotogénica.

— Yo tampoco lo soy, soy bastante feo. Solamente quisiera saber cómo es la persona con la que estoy conversando y ya. Prometo no criticarte ¿Sí? Tengo curiosidad—Escribió insistente.

Joan no era nada feo y yo sabía que decía eso solamente para animarme a que le enviara una foto mía. Y como sabía que no me dejaría en paz, pensé en enviarle la foto de otra persona. Pensé en alguien que no fuera cercana. En ese momento recordé a la chica que me había mostrado Christian, Marina, su ex novia. Era bastante linda, así que así podría lograr que Joan me dejase tranquila con ese tema. Lo dudé mucho, pero era más mi inseguridad sobre mí misma que el remordimiento de mentirle, así que lo hice... al fin que nunca lo conocería en persona.

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