Una vez que salí del salón, me quedé parado como un tonto al lado de la puerta pensando en todo lo que pasó, en aquellos momentos en dónde no pude reaccionar como normalmente lo haría, y en por qué me comporté así.
-¿Qué fue lo que pasó ahí dentro?- Me pregunté a mí mismo mientras alzaba la mirada al techo y cubría mis ojos con las manos. Revisé mi teléfono, noté que aún faltaban 15 minutos para que las clases comenzaran así que empecé a caminar en el pasillo para conocer un poco la escuela.
Durante mi camino, un recuerdo llegó a mi mente, era el rostro de ese chico, de Ángel.
- ¿Uh?, ¿Por qué no me puedo sacar a este tipo de mi mente? - Me dije, sacudí un poco la cabeza para intentar olvidar pero solo me dio jaqueca.
En mi ruta hacia ninguna parte encontré los baños, entré para ver cómo eran por dentro. Estaban bastante bien, se veían muy limpios y brillosos con un estilo moderno, sinceramente, no parecían baños escolares, más bien, como el de algún restaurante u hotel.
- Bueno, esto compensa el costo de la colegiatura.
Me dirigí al lavabo y empecé a lavarme la cara, en lo que me enjuagaba volví a pensar en Ángel y recordé lo que pasó en el salón. Un poco frustrado agarré papel, algo más de lo que necesitaba, y me sequé; miré a mi alrededor para revisar si había alguien, estaba a punto de discutir conmigo mismo y me daría mucha vergüenza si me escucharan.
- ¡Ok, ya! ¿Qué pasó?, Un chico muy amable vino a saludarme, probablemente a darme la bienvenida por ser el chico nuevo del grupo. Yo, por mi parte, debí devolver el saludo con toda la tranquilidad del mundo, pues no era nada malo. Pero, ¿Cómo fue que respondí?, Me volví un estúpido frente a él y escapé al baño para luego estar aquí y pelear conmigo. ¡Eso fue lo que pasó!... No puedo creerlo - Me recargué en una pared cruzado de brazos, poco a poco me senté en el piso, puse las manos sobre las rodillas y agaché la cabeza
-. ¿Por qué me sentí tan raro en frente de Ángel?... Fue como si me hubiera... ¡QUÉ! ¡NO! No puede ser eso... Pero, ¿Y si es cierto?, ¿Me habré enamorado de un chico?... No, no, no, no, no, ¿En qué estoy pensando? No puedo enamorarme de un chico, porque... ¡Yo soy un chico! Mis padres me matarán si les digo que de repente me gusta alguien de mí mismo sexo después que en años anteriores me gustaba una chica. Espera... ¿Cómo se llamaba a esas personas que les gustaban ambos sexos?... ¿Bisexual?... ¡No! Tampoco puedo ser bisexual, de todas formas, voy a tener los mismos problemas que si fuera homosexual. Mejor... Voy a creer que eso nunca pasó y seguiré con mi vida normal, quizá me comporté así con Ángel porque me sorprendió, nadie me había recibido de esa forma nunca, y por eso me sentí extraño.Me levanté, me miré en el espejo y noté algo en mí. - ¿Estaba... llorando?
¡Oh, por favor! - Frustrado, me lavé la cara con fuerza, me sequé y salí del baño con el rostro agachado. Sin fijarme choqué con alguien, un tipo robusto, sin querer hice que derramara un poco de bebida que traía sobre su camisa.- ¡OYE, QUÉ TE PASA! - dijo el chico con una voz imponente -. ¿Viste lo que hiciste?
- Perdón, no me di cuenta que estabas en frente, yo... Ah...
- ¡Basta! No quiero escuchar tus lloriqueos. Espera, ¿Qué tú no eres el tipo nuevo, ese que vino de otro país?
- Ah... ¿Sí?
- Jajaja, entonces déjame darte una bienvenida, para que sepas lo que hacemos cuando un "gringo" molesta a un mexicano en su territorio.
- En teoría, soy canadiense.
- ¿Te a-tre-ves a corregirme? - dijo el tipo apuntándome con el dedo -. Quiero decirte... Que voy a disfrutar esto.
Me sujetó el hombro con fuerza, y con enorme furia cargó un poderoso golpe hacia mi, tan fuerte que podía imaginar que para recuperarme necesitaré más que una simple venda, así que solo me preparé cerrando con fuerza los ojos; pero antes que lo recibiera, una mano lo detuvo.
- ¡Ya fue suficiente, Elías! - dijo una voz que podía reconocer, ya que estaba todo el tiempo rondando en mi cabeza.
Abrí los ojos y levanté un poco la mirada. Era Ángel, con valiente postura sujetando el brazo del tipo.
- No quiero reportar esto al director y que te ponga ese tercer reporte que te hará que te expulsen, así que déjalo en paz - Lentamente dejó de sujetar la mano del chico, y él, bajó el brazo bruscamente.
- Bien - dijo Elías, luego de mirarme -. Tienes suerte de que haya venido el lame botas de los maestros...
- Elías...- dijo Ángel interrumpiéndolo.
- Ok, ok. Ya me voy - Respondió Elías dirigiéndose a las escaleras y poco a poco se perdió de nuestra vista.
Ángel revisó por última vez si Elías se había ido y al confirmarlo caminó hacia mí, se agachó un poco y me miró a los ojos.
- ¿Estás bien? - dijo Ángel con rostro de preocupación -. Ese Elías puede ser muy brusco, agresivo y explosivo, ¿Te lastimó?
- No, estoy bien - respondí desviando la mirada de la cara de Ángel -. Gracias... por haberme defendido, pensé que en mi primer día, ya iba a conocer la enfermería.
- Sí, parece que vine en el justo momento... No fue nada - Mencionó con una sonrisa -. Anda, vamos al salón, ya faltan 10 minutos para que empiecen las clases.
- Sí, bueno - Respondí.
Comenzamos a caminar, noté como Ángel me miraba, lo cual me intimidaba, él se dio cuenta de mi reacción por lo que desvío la vista, y al darme cuenta de lo que hizo, lo miré, empecé a ver sus ojos, su linda sonrisa, y cada parte de su rostro. Me sentí tan agradable al verlo, protegido, tan seguro a su lado; de hecho, tenía la sensación de querer acercarme más a él y tal vez tomarlo de la mano. Estaba a punto de hacerlo, pero volví a la cordura, me alejé de todo pensamiento, miré al frente y seguí caminando.
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Los dos caminos del amor
RomansaUn chico llamado Ryan se inscribe en un nuevo colegio privado en su ciudad, el más costoso y de lujo que existe. Allí, tendrá que luchar contra su timidez y hacer nuevos amigos, pero algo repentino sucedió. Una enorme confusión invade su cabeza cuan...