"Rómpeme el corazón. Rómpemelo mil veces, si quieres. De todos modos solo ha sido tuyo, desde el principio". — Kiera Cass, La Elegida.
¡CAPÍTULO FINAL! Después de esto vendrá el epílogo, espero que les haya encantado esta historia tanto como a mí. ¡Saben que inicia LOVERS, así que les espero por allí!
Esperen el epílogo pronto...
Canción sugerida: Make you feel my love - Adele.
Juliana se marchó. Maldita sea, y todo por culpa de una simple omisión por su parte.
«Las mujeres son criaturas emocionales.» Sobre todo, si están enamoradas. Juliana necesitaba tiempo para calmarse y ella lo comprendía, pero sabía que acabaría volviendo.
Sin embargo, a medida que los minutos se convirtieron en una hora y luego en dos, Valentina se dio cuenta de que lo que había evitado contarle pesaba mucho más en la vida de su esposa de lo que imaginaba.
Cuando una hora más tarde sonó el teléfono, se apresuró a contestar.
—¿Juliana?
—Soy Jeff. Perdona, te llamo más tarde si estás esperando una llamada.
La última persona con la que quería hablar era con su abogado. Cogió el vaso de whisky que se acababa de servir e hizo girar en su interior el líquido ambarino, un triple malta, antes de bebérselo de un solo trago.
—¿De qué se trata?
—¿Estás bien? Por tu voz diría que estás hecha una mierda.
—Gracias.
—Vale, no estás de humor para hablar. Solo quería que supieras que el detective ha visto a Sophie hoy acorralando a Juliana en unos grandes almacenes. Según él, Sophie estaba un poco agresiva, pero ha sido Juliana la que se ha marchado de allí bastante afectada.
«¿Sophie?»
—¿Ha escuchado la conversación?
—No. No se ha acercado tanto. ¿Va todo bien?
Valentina podía oír el engranaje de su cerebro funcionando. Entonces así era como Jul había descubierto lo del testamento, a través de Sophie. Pero ¿cómo lo sabía ella?
De pronto recordó quién era la mujer de la fotografía.
—¡Mierda! La mujer...
—¿Qué?
—La de la fotografía, con Sophie. Natasha. No. Neo... Naomi.
Naomi no sé qué. Trabaja como secretaria en Parker y Parker. —Valentina se llevó una mano a la frente—. Sophie conoce a la secretaria de Parker, Jeff.
—¿Tu ex conoce a la mano derecha del abogado de tu padre?
—Lo que significa que Sophie sabe lo del testamento de mi padre desde el principio. —No era de extrañar que estuviera deseando ser duquesa.
—¿Crees que también está detrás de lo de las cámaras?
—Me apuesto lo que quieras.
—¿Y qué le ha dicho a tu mujer?
—Lo suficiente como para que Juliana se vaya. —No tenía sentido intentar disimular con Jeff. Al fin y al cabo, sería el primero en enterarse si hubiera algún tipo de problema legal.
—¿Que se ha ido? ¿Qué quieres decir?
—No importa. Te llamaré en unos días. Mientras tanto, redacta una carta para Parker recordándole que un incumplimiento del compromiso de confidencialidad podría provocar la nulidad de cualquier cosa que salga de su despacho – Valentina se quedó pensándolo -. Es más, busca la forma de ponerlo contra las cuerdas y anular esa maldita cláusula del heredero.