Chapter 01

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  — ¡Frank! ¡Me está lastimando!

  — Dejarás de gritar en cuanto lo veas,cariño.

  — ¡Ah!— gritaba de dolor cuando la camilla junto con los enfermeros a su lado y yo corríamos apresurados hacía el Quirófano—No creo aguantar Frank.

  — Ele todo estará bien— la tome de la mano para que pudiera sostener su dolor en mi.

Estaba sufriendo, no creía que dolíera tanto pero ella me demostraba todo lo contrario, me sentía culpable de estar feliz en ese momento cuando ella gritaba, sudorosa y cansada por llevar ese peso de más en los últimos 9 meses, sé esforzó por mantenerse valiente y fuerte en los únicos momentos que la volví a ver.

 — Señor, desde aquí— me dijo una de las enfermeras y negué sin soltar a mi esposa— No puede pasar, es un caso grave.

  — No puedo dejarla sola ahí adentro.

 — Lo lamento, pero esas son las normas.

Elen no me me quería soltar pero debía de entrar ya a la sala, no tuve ninguna otra opción que soltarme de ella.

  — No te vayas— dijo rápido, me suplicó.

 — Estaré aquí— le respondí con un beso en la mejilla alejandome para darle paso a las enfermeras.

Veía como al entrar ella extendía su mano para querer alcanzarme,le sonreía diciendole con la mirada que no pasaría nada malo, ella negaba con furor, tu dirías que sabía su destino, lo presentía pero yo no, decía que sería un parto como cualquier otro, que en poco tiempo tendría a mi hijo en este mundo en los brazos de mi mujer,yo abrazandola, el prototipo de una familia joven y feliz. Los sueños son engañosos como la vida, Dios no tenía preparado eso para mi, ni para ella.

Mi hermoso ángel no llegó a este mundo pero algo si hizo, se llevó al ángel que yo tenía en mi vida, se la llevó a donde los dos pertenecían, donde las puertas aún no me permitían entrar.

Puedo escuchar con claridad, como si estuviera sucediendo en este momento y no lo estuviera recordando en mis sueños, escucho su voz llámandome. Nunca debí de soltarte.

 — ¡Frank! ¡Frank! ¡Frank! ¡Frank!

***

Desperté de golpe cubriendome la frente con mi mano derecha, estaba sudando frío, negué y quite las cobijas de mi cuerpo, por un momento me quedé mirando una de mis pantuflas, aleje mi vista de ahí, despertando bien. Eran las 8:43 de la mañana, Brendon no tardaba en venir por mi para abrir la tienda, ese rebelde, no me dejaba estar tranquilo la mayoría del día, siempre tenía sorpresas o malas noticias que darme.

Es Sábado, no tendría porque preocuparme por levantarme a la misma hora que de Lunes a Viernes, siendo el jefe no tengo porque hacerlo pero a Brendon le hace bien tener obligaciones, así lo mantengo ocupado de la vida nocturna que ha llevado, le gusta mucho las relaciones, es un adicto al amor. Suele encariñarse con tipos que conoce en medio segundo, todo con la esperanza de encontrar a su principe azul, pobre,por lo usual, acaba lastimado por los patanes que escoge.

Tecnicamente, cuido de él.

  — ¡Enano!—lo escuché gritar y salí de casa, ya vestido y bañado, él traía sus lentes de sol en su auto color rojo — ¿Te bañaste?

  — Si ¿Por?

  — Mis fosas nasales no detectaron tu olor caracteristico,hoy hueles a jabón Frodo.

 — Hay una primera vez para todo— ví que traía una chaqueta de cuero y una playera de los Smashing Pumpkins, como la que usa Scott Pilgrim,reí  — ¿Nuevo amante?

Golden Days |Frerard| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora