Let's Forget (The Walking Dead ff)

Capítulo 10

Walking Disaster - Sum41

Habíamos salido de la prisión hace ya unos días, sin problemas. Aún había camino por recorrer pero iba decidida a volver a ver a Sarah y demostrarle que lo había conseguido, y porque la echaba de menos, pero eso no lo diría en voz alta, no no.

Estábamos de dos en dos en una fila; en la cabeza de ésta estaba Daryl conmigo, detrás iba Michonne y Rick, y Glenn cerrando el paso solito. Todos con las armas preparadas. El sol ya había empezado a esconderse, y en una hora ya tendríamos que haber encontrado un refugio o algo para pasar la noche.

-Busquemos un lugar para pasar la noche, empieza a oscurecer.

Todos estuvieron de acuerdo y nos separamos para buscar algo que sirviese.

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Al final, encontramos una pequeña cabaña con una pared un poco caída, de madera carcomida y se notaba que había cogido mucha humedad. En el interior solo había una sala visible, llena de trastos y muebles destrozados, por lo tanto hicimos espacio para descansar, colocando unas mantas en el suelo. Decidimos hacer guardias de tres horas, empezaría Rick, le seguiría Glenn y acabaría Michonne.

Nos fuimos a dormir, aunque me costó horrores conciliar el sueño, acabé durmiendo pensando en que Sarah estuviese a salvo. Y en el fondo, estaba feliz de haber encontrado a Daryl.

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Me desperté después de unas cinco horas, no soy de dormir mucho la verdad. Me levanté de la 'cama' intentando no despertar al viejo, que se había empeñado en dormir cerca mío, por no decir encima ya que me estaba aplastando.

Por imposible que sonase, conseguí salir sin despertarle, aunque tenía cierta práctica. Miré alrededor y vi a Rick y a Michonne en otro lado durmiendo tranquilamente, y no muy lejos. Que se vea que hago hincapié en el 'no muy lejos'. Michonne, aún durmiendo, tenía la mano en su katana, era rápida en reflejos y tenía un sueño ligero, seguía siendo tan precavida como siempre  La supuesta cama de Glenn estaba revuelta entre nosotros cuatro, y él estaba recostado en una esquina de la puerta de la cabaña con un cuchillo de caza y una pistola en su cinturón. Miraba a la oscuridad, y por mucho que lo intentase, se le notaba muerto de sueño. Me acerqué a él sigilosamente, y cuando ya estaba a dos pasos suyos se dio la vuelta sorprendido. Esperaba más acción fuera que dentro de la cabaña.

-¿Qué haces despierta? Aprovecha y duerme anda - sonaba cansado.

-No soy de dormir mucho, pero parece que tú eres un amago de oso - comenté divertida. Me fulminó con la mirada -. Anda, ves a dormir, ya me quedo yo con la guardia.

Se vio sorprendido, aunque me negó que lo hiciese parecía pedirlo a gritos, y cuando acabó aceptando, me lo agradeció infinitamente.

Total, que aquí estaba yo, escrutando los alrededores en busca de algún caminante para matar. Y pensando, por qué no.

En el fondo, aunque quisiese negarlo, me preocupaba que Sarah tuviese problemas, que la hubiesen mordido, o que, ese gilipollas la hubiese encontrado. No respondería de mis actos si lo encontraba de nuevo. Echaba de menos a Sarah, a ver, es mi madre y la quiero, aunque no se lo demuestre todos los días, así es. También quiero con locura a mi padre; son lo que más quiero, y el haber perdido de vista a uno y encontrar a otro me tenía de los nervios. Pensaba que cuando lo encontrara a él sería con Sarah, y que podría disfrutar de unos minutos de ellos. Reí entre dientes, que idiota e inocente. Nada era tan bonito.

Ya llevaba una hora y poco más haciendo guardia, todo estaba tranquilo, y yo que esperaba poder deshacerme de algunos caminantes para dejar de pensar un rato.