Parte 6

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{Emma}


- Emma... yo...

Escuché como sorbía su nariz. Los nervios aparecieron más rápido que Sebastian Vettel con su ferrari.

- ¿Daniel? -la línea telefónica parecía estar muerta y no sabía si había colgado.

- Sí, sí, lo siento...

- No pasa nada, pero por favor, dime qué te pasa porque me estoy preocupando mucho -dije ya de los nervios.

- No, tranquila. Verás, es que hay tantos sentimientos en tu libreta... Y el final... bueno, no me lo esperaba, y además con todo lo anterior...

Me quedé en silencio. No entiendo a lo que se refiere. No entiendo qué es lo que dice del final.

- Daniel yo... No comprendo qué quieres decir, no entiendo nada.

- El final, Emma. El maldito final me está matando de dolor. Yo... Lo siento mucho... Cuando lo he visto solo quería llamarte. N-no sé qué me pasa pero me siento culpable, algunas veces te dirigías a una persona concretamente y no puedo con ello.

Mis ojos empezaron a aguarse cada vez más.

- Pero Daniel, yo... No entiendo lo del final. Si que es verdad que el final es un poco triste, pero en el fondo es bonito. Lo que no entiendo es cómo puedes sentirte culpable -dije entre sollozos.

- ¿"Llegué a una conclusión: No decidí empezarlo, pero voy a acabarlo"? -mi respiración se cortó por unos segundos- Ese es el final. Si no hubiera leído el resto de la libreta no lo entendería o lo interpretaría de otra forma, pero no, lo he leído TODO. He sentido cada gramo de dolor que tu has pasado.

En ese momento me di cuenta del gran error que había cometido. Le había dado a Daniel la libreta equivocada. No podía hablar, ni siquiera moverme.

La figura de Alicia apareció frente a mí. Al ver mis lágrimas recorrer mis mejillas me abrazó. No sabía el por qué de mi llanto, pero ella simplemente sabía lo que necesitaba.

Todavía no era muy consciente del gran error que había sido darle la libreta equivocada. En aquella libreta estaba todo, absolutamente todo escrito. Había escrito sobre amor, sobre la vida, pero a lo que se refería Daniel, era el final, y ese final no era sobre amor o sobre la vida, era sobre "sentimientos oscuros" como yo los llamo. Esos sentimientos consistían en tristeza, tristeza y más tristeza.

Fue duro para mí escribirlo, no quiero ni imaginar por lo que Daniel habrá pasado leyéndolo desde otro punto de vista.

- ¿Emma? ¿Estás ahí? -se escuchaba decir a Daniel desde el otro lado del teléfono.

Escapé del abrazo de Alicia y me incorporé.

- S-sí.

- No, Emma, no llores por favor.

- D-daniel, yo... Lo siento, esa libreta no era para ti, bueno ni para ti ni para nadie. Me confundí -logré decir.

Equivocarme de libreta no era difícil, ya que las dos eran el mismo modelo y el mismo color. Básicamente me encantaba la forma en la que podía escribir, era cómoda y segura.

- No, está bien -dijo con lo que supuse que una sonrisa de esas que solo él sabe crear.

- Dios mío, ¿cómo puedo ser tan despistada? ¿Cómo puede darle la "personal"? -dije apartando el móvil de mi oreja. Alicia me dirigió una mirada dubitativa. Le hice un gesto con la mano haciéndole entender que luego le explicaría.

- No es tu culpa. Por favor. No te culpes. Porque seré yo el que se culpe por hacerte sentir culpable -al parecer estaba un poco alterada y cuando dije lo anterior no controlé mi tono de voz, por lo que Daniel lo escuchó.

- Es que no es solo eso. Voy por la vida cometiendo errores sin pausa. Nada me sale bien. -dije entre llanto y llanto.

- Ey, ey... No pasa nada. Ahora te abrazaría pero te tengo a unos cuantos miles de kilómetros así que...

Reí por su comentario y me sequé con las mangas de mi hoodie las lágrimas que aún caían por mi rostro.

- Si quieres, puedes darme tu teléfono para así poder hablar más cómodamente -dijo Daniel.

- Vale -dije un poco más calmada.

Y así fue como conseguí el número de teléfono de Daniel Seavey.

Our Kingdom (Daniel Seavey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora