Our Kingdom (Daniel Seavey)

Parte 8

Emma

Al día siguiente, por la mañana, no hice absolutamente nada productivo con mi vida (como siempre). Lo único que hice fue escuchar música al máximo, ya que por las mañanas mis padres trabajaban y tenía casa sola.

Después de la llamada, Daniel me envió más "información" de lo que debía hacer aquella tarde. Me dijo que fuera a las 17h y me dio la dirección. Todavía no entendía por qué me lo pedía a mí, pero fue su decisión...

Esa mañana no hablé nada con él. Estuve viendo las historias y publicaciones de los chicos en las que agradecían a todos por asistir y apoyarlos en el tour, ya que éste ya había acabado. 

De repente, aparece una notificación en la parte superior de mi móvil. Es Daniel.

Decía que trajera la libreta que quería darle a él, que un chico de su equipo la recogería y se la daría a él.

En ese momento dije adiós a todos mis sueños. Yo deseaba dársela en persona y decirle lo que era (otra vez). Claro que no sabía cuando iba a poder dársela por lo que le contesté con un "Vale".

Íbamos de camino a la dirección que me dio Daniel. Estábamos escuchando Los 40 cuando de repente pusieron la canción de What Am I. Contenía las ganas de gritar, pero al final solté un grito seco. Empecé a cantar con alegría y entusiasmo. Quince minutos más tarde llegamos a nuestro destino. Mis padres ya habían hecho su recado, por lo que teníamos el tiempo que quisiéramos. Al llegar a la calle, le envié un mensaje a Daniel diciéndole que ya estábamos allí, a lo que él me contesta con un "Perfecto".

Me esperaba más un "Vale, el chico del equipo ya está apunto de llegar, gracias." Porque la verdad, estoy muy perdida.

Llevo la libreta de Daniel en el bolsillo de mi hoodie. No es que la libreta sea pequeña, sino que la sudadera es enorme, caben dos como yo ahí. Mi madre dice que debería comprarme algo de ropa de mi talla, yo le digo que no, que así es como estoy más cómoda.

Llevaba diez minutos esperando, la plaza estaba casi vacía, cosa que me extrañaba ya que estábamos a finales de junio y eran las 17h.

En ese momento recibí un mensaje de Daniel.

Daniel Watermelon🍉Giraffe🦒Seavey

Ya está allí. Es un tipo con bigote y barba como Tony Stark, cuando lo veas supongo que lo reconocerás. Él sabe quién eres, le enseñé una foto. Gracias otra vez.

La descripción de Daniel no ayudó en absoluto, ¿Cómo que "cuando lo veas supongo que lo reconocerás"? No sé ni qué hacía allí, ¿Cómo iba a saber quién era aquel tipo?

Entonces me acordé de algo. Daniel me dijo que yo tenía que comprobar que estaba ese algo suyo. Cosa que no hice. Le mandé un mensaje explicándole lo ya mencionado antes. Y como respuesta, contesta: No te preocupes ya está todo controlado.

A ver, no es que no quisiera estar haciéndole un recado al fabuloso Daniel Seavey, pero es que a mi estas cosas me ponían muy nerviosa. Si ya estaba todo controlado, ¿Que hacía yo allí?

Entonces lo ví. Daniel tenía razón. Si que lo conocía. Era Jon. Jon Lucero. El mánager de los chicos.

Poco a poco se acercaba a mi. Y poco a poco mi timidez aumentaba. Ya estaba delante mio.

- Emma, ¿verdad?

- S-sí.

- Un placer, verás he venido a recoger una cosa que Daniel ha olvidado y ha dicho que tenías algo para él.

Es verdad, la libreta, ese era el motivo de mi presencia en aquella plaza.

- Sí, está aquí -dije mientras le entregaba la libreta.

Él la miró, pero no la tomó. Yo le miré sorprendida.

- N-no la... -dije con intención de que la tomara por fin, pero no me dio tiempo a acabar la frase.

- No creo que debas dármela a mí -me interrumpe él.

Me giré para ver a mis padres que lo habían escuchado todo y estaban igual de impresionados que yo.

- Pero si dijo que te la diera -dije yo.

- Sí, tienes razón.

Me quedé perpleja.

- Entonces... ¿Qué hago? -pregunté ya del todo deprimida.

Jon me miró con una sonrisa.

Dásela a él -dijo señalando detrás mío.

Sin animo, me giré poco a poco. Cuando ya estaba mirando hacia la dirección que había señalado Jon, juro por todos los astros del universo que por unos segundos mi corazón se detuvo.

Pues tenía delante de mis narices al propio Daniel Seavey. 

💙