Advertencias: Raiting 18 por el contexto
Mención 7x13 Jet Lag
Apartamento de Ziva
Tony subía las escaleras del apartamento de Ziva deseando poder ver a su hija un poco más de tiempo esa noche. Al revisar el expediente del día se había dado cuenta de la magnitud de la situación y se había quedado preocupado, no solo por Rebecca sino también por Ziva.
Antes de tener la oportunidad de llamar al timbre, la puerta se abrió y sintió un fuerte golpe en la nuca. Cuando logró enfocar la vista vio que Ziva le había golpeado con su pistola y le tenía en el suelo inmovilizado.
- Intuyo que no esperabas visita- bromeó Tony intentando recuperarse del mareo.
- Lo siento - se disculpó ella avergonzada a la vez que le tendía una mano para ayudarle a levantarse y enfundaba su arma- En mi favor diré que un desalmado ha intentado llevarse a Becky esta mañana y pensé que tal vez volvía a intentarlo.
- No importa- Tony se frotó la cabeza aún dolorida- Es agradable ver que no has perdido habilidades tras ser madre.
- ¿Qué haces aquí?
- Solo quería comprobar que estuvieseis bien- explicó Tony- Debe haber sido un día difícil, no solo para ella.
- Estamos bien. Las dos.
Ziva le invito a pasar al apartamento y le llevó a la cocina.
- Rebecca, ya puedes salir- llamó a su hija.
La niña se asomó tras la puerta. En su cara tenía una expresión de pánico.
- ¿Era el hombre malo?- preguntó la niña con un hilo de voz.
- No, solo es tu padre- dijo Ziva poniéndole a Tony una tarrina de helado en la cabeza.
- ¿Helado?- preguntó este.
- No tengo hielo- se disculpó Ziva.
- Preferiría una copa- dijo Tony devolviendo la tarrina al congelador.
- Lo siento pero tenemos planes- dijo Ziva señalando las cajas de comida china esparcidas sobre la mesa.
- ¿Planes?- preguntó Tony.
- Noche de cine- explicó Ziva.
- Entonces tenéis planes al estilo DiNozzo- indicó Tony sonriendo.
- ¿Te quieres quedar?- le preguntó Ziva con un toque de picardía en la mirada.
- Por supuesto- aceptó Tony algo extrañado.
Nunca le invitaba a quedarse. Desde que había nacido la niña no habían disfrutado de sus noches de cine, primero porque Ziva estaba demasiado agotada y atareada con un bebé en casa y después cuando ella creció tenía miedo de que si le permitía pasar tiempo en su casa la niña albergara esperanzas sobre ellos.
- ¿Qué vais a ver? ¿No será una película en hebreo que solo entendáis vosotras?
- Sonrisas y lágrimas- le informó la niña enseñándole la caratula del DVD. Ziva soltó una gran carcajada- Quédate por favor.
- Me la has jugado Ziva- le susurró a su compañera cogiendo una de las cajas de comida y acomodándose en el sofá.
Becky puso la película en el reproductor y se sentó a los pies de su padre, contenta de la novedad de tenerle en casa. Disfrutó de la película a su lado, tarareando todas las canciones y riendo sin parar.
Ziva se acomodó en el costado de Tony como en los viejos tiempos.
El jet lag unido a la animadversión por la película pudo con Tony que cayó dormido a mitad de película.
- Papi se ha dormido- advirtió la niña apartando la vista momentáneamente de la pantalla.- Ya le escucho- dijo ella compartiendo una sonrisa cómplice con Becky- Es hora de que tú también te vayas a la cama.
La llevó hasta su dormitorio y tras arroparla la dio un beso de buenas noches.
- ¿Se va a quedar papá con nosotras esta noche?
- Es muy tarde para que se marche.
- ¿Tú quieres que se quede, a qué sí?- preguntó la niña con una sonrisa.
- A dormir, pequeña psicóloga- dijo Ziva apagando su luz.
- Layla tov, ima
- Layla tov
De regreso al salón reparó en que Tony seguía profundamente dormido. La niña tenía razón. Quería que se quedara con ellas, tener a las dos personas que más amaba bajo el mismo techo por una vez. Le tapó con una manta y se fue a la cama sintiéndose segura.