Gibbs: ¿quieres tener hijos, Ziva?
Ziva: pues...
Gibbs: es una pregunta sencilla.
Ziva: no tengo una respuesta sencilla.
Gibbs: cuando tengas hijos lo entenderás.
5x2 FAMILY
Navy Yard. NCIS. Sala común
La oficina estaba muy tranquila esa semana. Ningún caso urgente, ningún aviso para el NCIS.
Tony se había marchado a Europa al funeral de uno de sus múltiples tíos mientras que el resto del equipo se dedicaba a terminar con el papeleo acumulado. O al menos fingía hacerlo.
Ziva ojeaba a hurtadillas el dibujo que había hecho su hija la noche anterior. Becky tenía solo cuatro años y ya poseía un don para el dibujo. Suerte que no había heredado ese aspecto de su padre.
Nunca había pensado en tener hijos. Y no es porque no le gustasen los niños. Le encantaba verlos jugar, corretear tras una pelota y ver la inocencia en sus ojos. Pero había dado por hecho que jamás tendría uno propio. Al fin y al cabo había pertenecido al Mossad y allí es difícil saber si al acabar el día seguirás vivo, mucho menos planear formar una familia.
Pero entonces le habían dado orden de custodiar a aquella mujer desde Paris con Dinozzo. Una sola habitación, un trato descabellado secundado por un burbujeante champan francés y muchos años de contención la obligaron a cambiar de planes.
El teléfono de McGee sonó, sacando a Ziva de sus pensamientos.
- Era Gibbs. Está de camino a la escena de un crimen. Una niña ha llamado a la policía. Han asesinado a su cuidadora- informó McGee cogiendo su mochila.
- ¿Y nosotros que coloreamos? No es de nuestra jurisdicción.
- Se dice pintamos- le corrigió McGee- La niña dijo que avisaran al NCIS, que sus padres trabajan aquí. Pero no quiso decir nada más hasta que no llegaran.
En ese momento la cara de Ziva perdió todo su color. Era consciente de que podía ser cualquier otro, en el NCIS trabajaban muchas personas y una gran parte de ellos tenía hijos, pero algo en su interior le decía que era su hija quien había dado el aviso.
- ¿Estás bien?- le preguntó McGee notando a su compañera ausente.
- Conduzco yo- avisó Ziva - Ni hablar, aprecio mi vida- negó McGee aferrándose a las llaves.
- ¡McGee, las llaves! ¡Ya!- le ordenó en un tono que no dejaba lugar a discusión.
En la mirada de Ziva vio que no tiene otra opción así que le entregó las llaves y se resignó a morir.
Flashback
Ziva estaba furiosa y aterrada a partes iguales. Ella no era de esas chicas que tenían "accidentes". Y mucho menos con el inmaduro de su compañero.
Tardó algo de tiempo en darse cuenta de lo que ocurría. La doctora Bracco, la psicóloga que le hicieron ver para su evaluación, le había explicado que podría sufrir cambios y desajustes en su cuerpo debido a los acontecimientos ocurridos en Somalia por lo que en principio pensó que era lo que le sucedía. Pero recordando Paris, una tarde decidió hacerse una prueba rezando para que no fuese positiva. No funcionó.
No sabía cómo afrontar la situación. Había sido entrenada para espiar, desactivar bombas y matar no para cambiar pañales. ¿Cómo se las iba a apañar con un bebé?