Tony: No a todo el mundo le gustan los mocosos
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Flashback
Una tarde calurosa de agosto Tony se presentó en el apartamento de Ziva.
- ¿Qué haces aquí?- dijo ella cuando le abrió sorprendida.
Tras pensárselo un segundo se hizo a un lado para dejarle entrar. En ese instante Tony reparó en la creciente tripa de su compañera.
- ¡Vaya, estás descomunal! Te advertí que dejaras de comer tanto dulce- dijo sin poder apartar la vista- Al menos has conseguido un buen escote.
- ¿Has venido a insultarme y hacer comentarios inapropiados?- preguntó ella cruzándose de brazos.
- No, a pintar el cuarto de la niña- dijo levantando las latas de pintura que llevaba en ambas manos.
- Me las puedo arreglar sola- dijo Ziva pero él ya se había colado en la habitación vacía a excepción de varias cajas por desembalar.
- Si, ya veo que lo llevas muy bien- comentó con sarcasmo.
- Es difícil agacharse en este estado- se justificó ella poniendo una mano sobre su tripa- ¿No tienes que trabajar?
- He pedido el día libre- explicó con una sonrisa radiante- Venga Ziva, si en mi apartamento puedo tener una habitación con las paredes ridículamente rosas tu también.
- ¿Tienes una habitación rosa? De acuerdo- accedió contagiada por su alegría- Pero no rompas nada. Ni manches. Aún soy capaz de reducirte con una sola mano.
Durante varias horas Tony estuvo trabajando sin parar rodillo en mano y una caja de herramientas. Finalmente salió con una sonrisa triunfal. Ziva observó que había más pintura en su ropa que en las paredes pero debía reconocer que había hecho un buen trabajo. Ahora tenía los muebles montados y colocados en su sitio, las paredes relucientes y a Tony contento.
- Termine- dijo Tony. Ziva le puso una cerveza en la mano- ¿No beberás alcohol?
- No. Lleva en la nevera abandonada varios meses pero al menos esta fría.
Se sentaron juntos en el sofá.
- Es extraño verte tan emocionado con la idea de ser padre. No esperaba que fueras a reaccionar tan bien.
- ¿Por qué?
- Vamos Tony, llamas a los niños mocosos.
- Bueno, ahora se trata de mi mocosa. ¿Qué has hecho estos dos meses?- preguntó Tony- Te llamé pero no contestaste ninguna de mis llamadas, era inquietantemente similar al verano pasado.
- Necesitaba desconectar de todo, no era mi intención preocuparte. Estuve paseando, pensando, nada interesante- explicó Ziva- Incluso estuve unos días fuera.
Se arrepintió de las últimas palabras en cuanto salieron de su boca. Sabía que llevaría a preguntas y más preguntas que no quería contestar. Conocía la reacción de Tony de antemano.
- ¿Dónde fuiste?- preguntó él con curiosidad. Ziva pensó en alguna forma de esquivar la preguntar pero sabía que persistiría hasta que se
lo dijese.
- A Cleveland- respondió finalmente ella.
Tony no tuvo que preguntar que hacia allí. Estaba al tanto de lo que había en aquella ciudad. O mejor dicho quien había.
- Por favor, no digas lo que estás pensando-le rogó ella poniendo una mano sobre su brazo- Si te dije que esta niña es tuya es porque es verdad. ¿Por qué te iba a engañar en algo así?
