Laboratorio de Abby
McGee entró en el laboratorio de Abby. La encontró observando con atención una foto de la niña que había tomado a escondidas con el móvil.
- ¿Qué haces?- preguntó McGee situándose en paralelo a ella y mirando también la foto.- Tiene algo que me resulta familiar pero no consigo dar con ello- Se volvió rápidamente hacía McGee. Su rostro mostraba indignación-
¿Te lo puedes creer? Durante cuatro años Ziva nos ha ocultado una hija.- Tenía sus razones. Tal vez no quería que se enterase su padre.
- Pero nosotros somos como una familia. Deberíamos contárnoslo todo.
- Mira quien fue a hablar, la que oculta a todos que salimos desde hace un mes.
- No es lo mismo. Si Gibbs se entera de que nos hemos saltado la regla 12 te mata.
- ¿Me mata? ¿Y a ti no?- preguntó McGee picado.
- No Tim, sabes que nunca me haría nada- aclaró Abby- Además, ni siquiera nos ha dicho quién es el padre.
- Dice que es un amigo. Y no es asunto nuestro- señaló el agente.
- ¿Qué te acabo de decir Tim?- preguntó Abby cruzándose de brazos y lanzándole una de sus famosas miradas.
- Somos una familia- repitió McGee.
- Tengo una idea. Podríamos coger un pelo de la niña y analizar el ADN- dijo sonriente.
- ¡No!- se negó McGee.
- Será fácil- dijo Abby casi suplicando.
- No, si nos pilla Ziva nos podemos dar por muertos.
- Tim, ¿no tendrás ningún hijo secreto, verdad?- preguntó Abby muy seria.
- Abby, que no soy Tony. No me sobran las novias.
Gibbs y Ziva entraron en el laboratorio dando por zanjadas todas las especulaciones. Abby fulminó a su amiga con la mirada haciendo que Ziva temiera el momento de quedarse a solas con ella.
- ¿Tienes algo para mí?- preguntó Gibbs.- Estas muy mal acostumbrado. Por ahora no hay huellas y la bala que me ha enviado Ducky no corresponde con ningún arma registrada
en ninguna base de datos, solo puedo decirte que es de 9mm- dijo ella.- En realidad yo sí tengo algo jefe. Cerca del apartamento hay un banco con sistema de vigilancia por video del cajero automático. Revise las cintas de tres días atrás para buscar un patrón y tenemos un sospechoso. Es Benjamín Shavit- informó McGee con un gesto triunfal.
- Mossad- murmuró Ziva conmocionada por la noticia.
- ¿Ese tipo es del Mossad?- preguntó Gibbs.
- Si, pertenece a la unidad Kidon. Trabajé con él un año en Praga- explicó.
- Entonces el objetivo no era Jessica Anderson, sino Rebecca- apuntó McGee.
- ¿Algún altercado con él?- preguntó Gibbs.
- No que yo recuerde. Solo trabajamos juntos en una misión- contestó Ziva nerviosa. No es que la sorprendiera el rumbo que estaba tomando el asunto, era lo que siempre había temido pero nunca pensó que se hiciera realidad.
- Tal vez le envía alguien- señaló Gibbs.
Nadie tenía dudas de a quien se refería su jefe.