Capítulo 2

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Lunes
6:35 AM

Literalmente odio los lunes, seguido de martes, miércoles, jue— ¡Megan Agea Johnson!— Mi madre entró a mi cuarto tirando de la puerta pareciendo un Holk Mañanero, interrumpiendo mi inusual sueño contando ¿los días?.

—Mamá, ¿qué día es hoy?— pregunté frotando mis ojos con mis manos

—Es día que salgas de esa cueva y te vayas a estudiar señorita Johnson

Ohh vaya, parece que había olvidado por completo que hoy empezaban las clases, hoy empezaba mi travesía por la preparatoria, y solo tenía 25 min para estar lista y llegar, la clase empezaba a las 7:00 AM. Y yo, estaba hecha un desastre, pensarás que 25 min es suficiente para llegar a tiempo cuando la preparatoria quedaba a 10 minutos de mi casa, pero eso significaba que tenía 15 minutos para bañarme, elegir mi outfit, arreglarme y no parecer un zombie en el primer día. Dios, tenía que lograrlo y correr.

Salté de mi cama y dejé a mi mamá en mi habitación, entré al baño, abrí la regadera y.... — ¡AHHHHHHH!— definitivamente olvidé el maldito clima y el agua que probablemente me habría dejado congelada en plena regadera. Vaya entrada para comenzar mi día...

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7:09 AM

No quiero llegar tarde, no quiero llegar tarde...

Allí me encontraba corriendo a través de los pasillos de la preparatoria buscando mi salón cuando de repente...
Sentí como mis piernas se deslizaron haciendo que lentamente sintiera como me caía y terminara aterrizando en el piso con mi trasero.

Auch, eso dolió.

Apoye mis brazos contra el suelo para levantarme, y sentí la presencia de alguien atrás de mí, y cuando volteé la cabeza, oh rayos, tenía a un chico estúpidamente guapo tras mío.

Lo miré como una tonta, malditas hormonas...

Él me rodeó hasta quedar enfrente mío, me miró unos segundos hasta mover sus labios para decirme:

—Creo que tuviste una caída.

No estúpido, quería besar el suelo

—A-ah sí, eh, creo que debo irme— tartamude un poco

—Déjame te ayudo a levantarte— ofreció

El cogió mis brazos que aún mantenía apoyados contra el suelo, su contacto me causó escalofríos, estaba muy cálido y tenía unas manos muy suaves que me hicieron observarle su piel que se miraba impecable.

—Creo que deberías tener más cuidado, no creo que quieras empezar el año con tu brazo roto— ensanchó una sonrisa deslumbrando un camanance muy bonito en su mejilla izquierda.

Wow este chico realmente está guapo.

Me quedé un poquito ida viendo esa perfecta sonrisa que tenía, que por una extraña razón me pareció adictiva de observar.

—Emm sí, claro yo— hice una pausa— soy un poco distraída cuando camino.

—Así que Megan, eres nueva por aquí cierto?— preguntó con un tonito cómplice

¿Cómo diablos éste chico sexi sabía mi nombre?

—¿Cómo sabes mi nombre?— Pregunté sorprendida.

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