Capítulo 6

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Tremenda sorpresa.

Si me hubieran dicho ¿El chico sexi o el Bryan?

¡El Bryan!

Ese chico sexi realmente era muy sexi y si no te asaltaba el corazón como toda adolescente, te asaltaba las bragas, pero de que lo hacía, lo hacía.

Él era de esos chicos que se identificaban como el más popular, el más guapo, con solo verlo tenías la perspectiva de que todas las chicas se morían por él, y claro, no faltaba la escencia de mujeriego y pícaro. No conocía a este chico, ni soy nadie para juzgarlo, pero literalmente encajaba con el típico personaje popular de las películas o libros de wattpad que había leído.

Te preguntarás, ¿Megan acaso el chico sexi asaltó tu corazón? Mmmm no lo creo, pero talvez asaltó mi calzón porque si estaba sexi 7u7r

Él se acercó más a mí, tomó mi barbilla y me inclinó hacia arriba para verlo
—Señorita Megan, me piensa ignorar o ¿es que se quedó pasmada violandome visualmente?

¿Violandolo visualmente? ¡Joder! ¡lo estaba violando visualmente!

—Escúchame...— quité su mano de mi barbilla —para empezar, no estaba violandote visualmente— mentí — y dejando tu arrogancia por un lado, me debes explicaciones— le informé con firmeza.

—¿Yo te debo explicaciones?— preguntó con incredulidad mostrando su sonrisa picara y haciéndose ver su camanance izquierdo, procediente se llevó la mano a su barbilla en una expresión de fingir pensar algo —Creo que tú me debes algo, y no son explicaciones princesa— guiñó el ojo haciendo referencia al beso.

—¡Aggg, maldito beso! ¿por qué me besaste?— pregunté sonrojandome un poco por el recuerdo

—¿Por qué me seguiste el beso?— preguntó con cara de suficiencia y diversión.

Okey, su pregunta realmente me tomó por sorpresa. Realmente yo le había seguido el beso, ¿por qué lo hice? no tengo ni idea, ¿pero qué responder a eso?

Diosito ayúdame

Amm, no lo sé, solo lo hice— me limité a responder. Él se quedó en silencio mirándome con una cara que no logré descifrar, sería ¿pícara, confundida, pervertida? no lo supe, pero maté el silencio diciendo —Debo admitir que besas muy bien— las palabras salieron de mi boca como si tuvieran vida propia e inmediatamente me di cuenta de ello.

¿Por qué carajos soltaste eso Megan?

Bueno, la lengua de Megan es muy predecible y a veces no pide permiso para soltar las cosas.

Él ensanchó una sonrisa juguetona, y sus ojos tenían un brillo de destello de suficiencia. Dio un paso más hacia mí y entre un susurro malicioso soltó

—Si quieres lo volvemos a repetir, Princesa.

Enfatizó con un tono más grave la palabra princesa. Mientras dio otro paso más a mí quedamos a centímetros de distancia, él fijó los ojos en mí, me miró con una intensidad que sus ojos color miel me parecieron tan impresionantes y bonitos, tanto que podía detallar claramente su pupila y como se iba dilatando cada vez más y más hasta que sentí que su cercanía abordaba la mía y entonces mi mente procesó todo. Este chico se había acercado tanto a mí, que los centímetros se convirtieron en milímetros y luego... luego la distancia se acabó, porque en un segundo su boca se encontró rosando la mía, y nuestros besos eran el fuego bajo la lluvia que poco a poco fue apagando, hasta que el soltó mis labios y se apartó de mí.

Al principio no entendí porque. Se apartó de una manera acelerada, no bruzca ni tampoco delicada, fue el intermedio, fue apresurado y talves sin sentido porque ¿quién besa a una chica para luego desprenderse de ella como si inmediatamente se hubiera arrepentido?

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