Didier Baudin Faure, un empresario millonario, casado con Celine Lavoie Gagnier, una mujer muy famosa por ser guapa y empresaria y la persona más perfeccionista. Sus hijos Nathan Baudin Lavoie y Amelie Baudin Lavoie. Nathan es un hombre de 33 años...
No se en que pensó Johann cuando me compro este vestido, es muy hermoso pero creo que es muy corto mejor dicho diminuto. Bueno se que me lo puse y me arregle quedando de esta forma...
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La puerta se abre y veo a Johann que cuando me vs se me queda mirando y no disimula para nada y comenzó a moreder su labio inferior y se detiene en mis pechos y luego en mi trasero, hace que me sonroje...
-¡En que estabas pensando cuando me compraste esto, mira esto es demasiado corto Y exividor!-dije señalando mis pechos y mis muslos y el sonríe y se acerca y me toma por sorpresa y me empezó a besar, al principio yo empeze a forsejear y a golpear su pecho pero joder, me deje llevar...
Que rico besa...
Es todo un experto...
¡¿Qué demonios estoy pensando?!...
-¡No me vuelvas a besar!-grite separandome de el...
-Vaya besas muy bien-dijo el y me sonroje un poco
-Callate por favor, esto estuvo mal, vale-dije
-Bien que lo disfrutaste-dijo el agarrándome una pompa
-¡Hey! Deja mis hermosas pompas-dije
-Pronto serán mías, igual que tus pechos tu boca y tu...-lo interrumpió antes de que diga lo otro...
-Eso es lo que tu crees-dije y el suelta una carcajada
-Eso veremos, se que pronto caeras rendida, o niegame que no te gusta lo que vez todas las noches, o te crees que no me doy cuenta cuando me espías cunado estoy sólo con boxers, me sonroje y muerdo mi labio para no reirme...
¿Como se dio cuenta?
Si es que ese hombre es un Jodido Dios Griego...
Parece un modelo de revista...
Lo. admito.
-Yo no hago esas cosas-dije tratando de no delatarme
-Eso no es lo que dicen las cámaras de seguridad-dijo el y me pongo sonrojada el empezó a reírse a carcajadas se dobla agarrando su estómago...
-Hubieses visto tu cara, son bromas pero me he dado cuenta, sólo tienes que pedirmelo nena, que yo te lo doy-dijo el
-Siéntate a esperarme, te harás viejito es más te morirás-dije y el sólo niega...
- Vamos, nos están esperando abajo-dijo el y sólo asiento y el extiende su brazo y lo entrelazo y ambos bajamos y se escucha una música suave sonando y voces de diferentes personas hablando reunidos en la gran sala y llegamos al último escalón y Johann caraspea llamando la atención de todos los presentes, todos se voltean a vernos...
