Los juegos del hambre En llamas : " El renacer de una esperanza" [EDITANDO]

CAPITULO 23 (Tercera y última parte)

 CAPITULO 23 (Tercera y última parte)

 POV KATNISS

 “- Felices juegos del hambre Katniss y Peeta Mellark. Que la suerte este de su lado el día de mañana por que no podrán salir de la arena hasta que esa criatura allá nacido. Después de todo un buen show es lo que quiere la audiencia y un buen show es lo que tendrán- Agrego para después salir de la habitación seguido por los malditos agentes de la paz.

 “No saldrán de la arena hasta que esa criatura allá nacido….no saldrán…no saldrán…”

 Por mi cabeza se repetían una y otra vez aquellas palabras mientras hiperventilaba en los brazos de Peeta quien me sostuvo antes de caer al suelo con miedo a que me desmayara nuevamente. Mi peor pesadilla se estaba haciendo realidad:

 “No nos sacaran de la arena hasta que yo haya traído al mundo a mi bebé”

 Mañana iniciarían los juegos y nosotros estábamos a punto de afrontar una verdadera prueba de fuego. A pesar de todo, nosotros teníamos nuestras propias cartas bajo la manga al igual que Snow y por ningún motivo permitirá que Snow se saliera con la suya. Solo rogaba a dios por que las cosas sucedieran antes de que las cosas se nos salieran de control o que a mi pequeña se le ocurriera venir a este mundo en medio del caos en el que estaríamos todos metidos.”

* * * * * *

 Muy lejos de aquí existe un lugar llamado Distrito 12, en el que se encuentran mi familia y mis amigos. Las personas que por sobre todas las cosas nos están dando todas sus esperanzas y su apoyo para seguir adelante. Esa gente que cree que tanto  Peeta como  yo, somos capaces de irradiar luz en donde la obscuridad abunda. Esas personas a las que deseo con tanta desesperación volver a ver de nuevo.

 Me sentía pequeña en un mundo desconocido y cruel para mí. Indefensa porque dentro de mi había algo  que me podía ser arrebatado de las manos con facilidad. Aterrada de no saber cómo interponerme ante esta situación ya que Snow había parecido unas horas antes en la habitación luego de haberlo puesto nuevamente en evidencia. Había aparecido para regresar el golpe con demasiada fuerza. Tanta, que nos había puesto a todos entre la espada y la pared sin poder hacer nada más que seguir el juego por el propio bien de todos nosotros.

 Era difícil entender la magnitud de mis problemas al igual que la de todos los que me rodeaban. Ahora cargaba con la vida y esperanzas de miles de personas que creían en mí, cargaba con la vida de mis seres queridos, cargaba con las crueles y malditas amenazas de Snow, cargaba con la vida de Peeta y la del pequeño bebé que crece en mi interior. Mi pequeña niña que no tenía la culpa de todo lo que les estaba sucediendo a sus padres, mi pequeña por la cual estaría dispuesta a hacer lo que fuera necesario para mantenerla a salvo. Por si esto no fuera suficiente estaríamos atrapados en esa maldita arena hasta que, como había asegurado esa desquiciada  serpiente, el verdadero show cobrara vida:

 “No saldrán de esa arena hasta que esa criatura haya nacido. Después de todo un buen show es lo que quiere la audiencia y un buen show es lo que tendrán.”

 Y pensar que antes de todo este maldito infierno éramos solo niños tratando de sobrevivir y seguir adelante. La situación verdaderamente era un caos, un tremendo e infernal caos.

 Mientras mi mente maquinaba a toda prisa las últimas palabras de Snow y observaba  con ternura y preocupación mescladas la fotografía del ultrasonido de mi bebé, Haymitch había desaparecido de la habitación maldiciendo  para regresar después de un rato con Effie que nos regaló una sonrisa que no llegaba ni a sus ojos  anegados de lágrimas. Detrás de ellos dos, venían Johanna, Annie y Finnick.