CAPITULO 27

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 CAPITULO 27

 “No sé qué es lo que me motiva a hacer tal cosa pero justo antes de besar a mi esposo mi mirada se desvía hacia un lado en donde desde la maleza comienza surgir una densa y extraña neblina que se va deslizando lentamente por el suelo de la jungla desde el lugar en el que antes estaba lloviendo. No sé por qué, pero al ver los tentáculos que sobresalen de la neblina estirándose como dedos, un escalofrió de miedo me recorre la columna vertebral mientras doy un respingón al sentir una fuerte patada en mi vientre provocando que coloque la mano sobre ese lugar en el que se encuentra mi bebé.

 —Peeta, mira eso— Le digo angustiada mientras él se da la vuelta y ambos observamos la neblina de tentáculos acercarse poco a poco hasta nosotros”

 POV KATNISS

 La neblina sigue acercándose a un ritmo constante mientras Peeta y yo nos ponemos de pie. Estoy algo asustada. Por extraño que parezca, ver la forma en la que se desplaza, hace que se me erice el vello de la nuca y que mi bebé  me pate con fuerza. Un empalagoso olor a dulce invade el ambiente a medida que la neblina se acerca.

 *Joder, esto no es normal…* Pienso mientras, impulsada por la curiosidad, me suelto de la mano de Peeta y me acerco un poco más al mismo tiempo de que estiro la mano para tocarla.  

 —¡Katniss, noo!­­­— Peeta llega justo a tiempo para alejar mi mano de la neblina cuando esta le rosa la mano provocando que pegue un alarido de dolor mientras cae al suelo y cubre con fuerza su mano en la cual unas diminutas ampollas empiezan a aparecer.

 —¡Peeta! …¡Oh dios mío, tu mano! — Inmediatamente me agacho hasta donde está él, angustiada y preocupada mientras observo con horror como las ampollas  adquieren un color espantoso.

 —Aaarggh…..Es niebla venenosa— Escuchar esas palabras solo hacen que todos mis sentidos se activen incluyendo mis instintos básicos de supervivencia.

 —Peeta, párate. Tenemos que salir de aquí— Lo ínsito a incorporarse del suelo y en cuanto se pone de pie, corro en dirección a Finnick y Mags— ¡Es niebla  venenosa, corran! — Les grito desesperada.

 Finnick se espabila de inmediato y se levanta algo desorientado, dispuesto a acabar con su enemigo. En cuanto  ve el muro de neblina acercándose, de inmediato zarandea a Mags diciéndole que tiene que incorporarse.Cuando lo hace, la carga en su espalda mientras sale corriendo a toda prisa. Peeta está de pie pero no alerta y eso tal vez se deba al efecto nocivo del gas venenoso. Pronto lo agarro por el brazo y empiezo a empujarlo por la jungla detrás de Finnick.

 —Peeta, vamos. Sigue corriendo— Le ordeno a gritos mientras ambos corremos con algo de dificultad  por el enredo de plantas y maleza.

 Vuelvo la mirada hacia la neblina que se extiende en línea recta hasta donde alcanza mi vista en todas direcciones. De pronto el miedo me paraliza mientras siento a mi pequeña moviéndose. Al no estar consciente de lo que hago ni mucho menos de por dónde corro, sin previo aviso tropiezo con una de las enredaderas y caigo al suelo provocando que Peeta me suelte la mano. En cuanto me incorporo un poco, aun sentada en el suelo, observo  completamente paralizada la neblina que se va acercando poco a poco hasta donde yo estoy. Mi mente divaga en cosas estúpidas e insensatas. Pienso en Snow quitándome a mi bebé de los brazos. Pensó en todos esos ojos pegados a la pantalla de televisión de los distritos, atentos a ver lo que sucederá y es entonces cuando  una fuerte patada en el vientre me provoca un leve dolor, devolviéndome a la realidad.

 —¡Katniss!...¡Finnick suéltame! — Escucho a lo lejos gritar a Peeta que forcejea en los brazos de Finnick para liberarse y correr hasta donde yo estoy.

Los juegos del hambre En llamas : " El renacer de una esperanza" [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora