CAPITULO 13 (tercera y ultima parte)

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 CAPITULO 13 (tercera y última parte)

ADVERTENCIA: Este capitulo puede conrtener un ligero lemon (situaciones el las que los personajes tienen relaciones sexuales)

 POV PEETA

En cuento habíamos llegado a la casa de Katniss, la señora Elena (mi suegra) junto con la hermana pequeña de mi prometida, inmediatamente retiraron todo lo que había en la mesa.

Cuando el área estuvo despejada, con ayuda de Haymitch y dos de los chicos que venían con nosotros colocamos a Gale en ella. Al hacer esto, Gale soltó un alarido de dolor sin poderlo evitar…

 —¡¡Mamá por el amor de dios, dale algo para calmar el dolor…!!  — Decía Katniss histérica y preocupada por su mejor amigo.

La señora Everdeen, por otra parte, hacia caso omiso a lo que su hija mayor le pedía, y, tanto ella como Prim andaban de un lado a otro sacando hierbajos y frascos con lo que creo eran remedios caseros de la alacena, así como también agua de la llave y alcohol.

 —Peeta, podrías hacerme un favor — La voz demandante de la pequeña Prim me hizo despertar de mi ensoñación, devolviéndome a la realidad.

 —¿Eeh?… Si claro, dime que hago…

 —Ten, necesito que taigas nieve limpia de allá fuera…pronto — Demandó estirándome un molde, el cual tome a toda prisa saliendo de la casa antes de dejar sola a mi Katniss con el montón de nervios y angustias que traía encima.

 POV KATNISS

Por dios que me daba pánico lo que se estaba desarrollando dentro de mi casa:

Gale con la espalda escurriendo de sangre y las tiras de piel que le colgaban de esta; soltando de vez en cuando quejidos y gritos de dolor. Mi madre y Prim yendo de un lado a otro, sacando cosas para curar las heridas de mi amigo y quizás, con suerte, algún antibiótico o anestésico para el dolor y la prevención de alguna infección posible en su espalda.

 —¡Maldita sea madre, dale el jarabe…le está doliendo mucho…por lo que más quieras haz que deje de sentir tanto dolor! — Dije al borde de la angustia y la desesperación de ver como sufría mi mejor amigo.

Mi madre se encontraba temblando de pies a cabeza, intentando insertar una jeringa en una especie de frasquito. Era Morfina, y  lo sabía porque  varias ocasiones, en el Capitolio, al salir de los juegos las llegue a ver e inclusive me la llegaron a administrar cuando estuve internada en el hospital. Claramente era un lujo que en todos los distritos nadie se podía permitir y al pensar en ello los ojos se me abrieron como platos preguntándome: ¿Cómo las habrá conseguido mi madre?

*Este no es momento para pensar en tonterías, concéntrate* Me reprendió mi conciencia a lo cual sacudí mi cabeza para deshacerme de todo pensamiento ilógico en este momento.

Mi madre era un completo manojo de nervios. Las manos le temblaban tanto que le era difícil conseguir que la aguja entrara en el dichoso frasquito, alterando más a mis nervios y la impotencia de no poder aliviar el dolor que Gale sentía en estos momentos, deseando con desesperación poder estar en su lugar y ser yo quien sufriera toda esta agonía.

 —Permíteme mamá…Yo lo hago — Dijo mi pequeña hermana tomando la situación con calma y quitándole de las manos temblorosas a nuestra madre el frasco y la jeringa. Con esa misma calma insertó dicha aguja en el frasquito sin temblar, para después llenarla con la substancia que tanto necesitaba Gale.

 —Sosténganlo fuerte… — Dijo Prim con la misma calma de antes, inyectándole la Morfina en la espalda a Gale.

 —¡AAAAAAH!...me…¡¡me duele!!

Los juegos del hambre En llamas : " El renacer de una esperanza" [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora