III

30 3 0
                                    

Nos  hemos vuelto a mudar de casa. No me gusta empacar. Y creo que mi peluche se perderá en cualquier momento como mi libro para colorear (se perdió en la segunda mudanza. No creo que ese hombre con el que mamá y yo vivíamos me lo haya robado, porque él es adulto y no creo que tenga tiempo para colorear).

Aquella vez que nos mudamos de la cada de ese hombre (no sé la razón con exactitud), creo que fue por mí. Su prima quiso molerme a golpes, (el por qué también lo ignoro), pero estoy segura que mamá supo que a ese hombre no le agrado mucho. Soy tranquila y amable , porque mamá me dice que debo portarme bien y ser buena, para agradarle a los demás y para que Diosito esté feliz. Pero creo que debo esforzarme más porque los niños siguen apartándome y se burlan de mis lentes (no es mi culpa tener que usarlos. No veo muy bien las cosas que están lejos y ya está), y caerle mal a los adultos es una  gota más al vaso lleno.

Ésta casa es pequeña. Laura, mi hermana mayor, estuvo cocinando y el aceite me quemó en la espalda. No hay espacio para jugar, apenas para moverse uno.

Creo también que Jessie, mi otro hermano mayor, no vivirá más con nosotras. Temo que sea por mí. Le dije a mamá que él estaba lastimándome. Mamá me ha dicho que mi parte íntima se llama vagina. Y él me ha lastimado unas cuantas veces. No sé si eso es precisamente malo. Mamá me enseñó además que no debo aceptarle nada a un desconocido y tampoco debo dejar que me lastime en mis partes privadas pero no sé qué implique eso de 'lastimar'. Temo preguntar. Y menos sé si está mal lo que Jessie me ha hecho. Pero dolía cada vez que lo hacía. Jessie dijo a mamá que era mentira. Y lo dejé así. Ella tampoco a hablado del tema. No estoy molesta con él. Pero en las noches, cuando ya casi estoy dormida, le pido a Diosito que haga que mis hermanos me traten mejor. Son más grandes que yo y entienden más.

Hace unos días mis hermanos estaban viendo una película muy rara (cuando mamá no está en casa, colocan en la televisión esas cosas). Había una mujer, vestida de monja y un hombre. Y me parece que estaban haciendo lo mismo que Jessie estaba haciendo conmigo. Creo, porque no logré ver bien, o sí lo vi, no lo recuerdo, solo recuerdo esa mujer soltando gritos bajos, o gruñendo, no sé qué sean esos sonidos que hacen y esos movimientos. Mis amigos no hablan de eso, por eso no comprendo. Quizás no es algo que deba saber por ahora. Quiero saber. Pero no voy a preguntar. Mamá no habla de esas cosas. Pone cara rara.

Mi amiga me seguirá contando mañana, en mi asiento favorito de la biblioteca de la escuela, qué sigue haciendo Alicia. La Reina de corazones está furiosa. No avanzo nada rápido en la historia porque no todos los días nos llevan a la biblioteca.  Y no leo tan aprisa como los adultos. (Todo el tiempo que ha pasado se ha hecho eterno para mí con ese libro). Hay palabras que debo preguntar.

Mamá me dijo que nuestra vecina me va a cuidar después de volver de la escuela, ella tiene que trabajar un poco más. Papá no le ha dado ni un centavo por nosotros. Espero que los niños que Letie cuida quieran jugar conmigo. Y me traten bien ahí.

Lo que ocultan algunos ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora