IV

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Nos mudamos. Otra vez.

Ésta casa es muy oscura. Letie llegó a tratarme muy mal y sus hijas, (una de ellas más que la otras. Es muy mala. Es más grande que yo. Yo nunca apartaría a alguien como ella hizo conmigo, y tampoco le diría palabras feas). Aunque no he llorado, (casi nunca lloro delante de las personas que me tratan mal de cualquier forma), sí que me hicieron sentir mal.

Mamá discutió con Letie. Se gritaron. Jessie, Laura, y yo hicimos hicimos mucho alboroto la ultima vez que Jessie nos visitó. Me amenazaron para que no gritara, pero estaba aterrada con ese pobre ratóncito  que quemaron y me lo arrojaban en el cabello. Jessie no ha dejado de hacer esas cosas: lastimar y matar a los animalitos pequeños y tomarme a mí como  una víctima más, (mi amigo, el diccionario, me ha enseñado esa palabra. Él sabe mucho); como aquella vez que jugaba con unas cucarachas muertas y me las arrojaba. No podía dejar de gritar. Pero al menos no sufrí sola porque Laura también gritaba cuando  caían sobre ella. No dije nada sobre  el ratóncito. Pero mamá olió mi cabello quemado y su grito se escuchó al otro lado de la ciudad.

No le gustó tampoco cómo Letie cuidaba de mi. Y ya no tendré niñera, (cosa que agradezco mucho, porque las pocas niñeras que he tenido me han tratado mal, eso sin contar a los niños. ¿Todas las personas son así o solo con las que me topo?). Además, Letie no cocina tan bien como mi mamita. Y es mejor así.

Nuestra nueva vecina es una viejecita. No han vieja, pero tiene el cabello blanco y deduzco que ya es muy mayor. Ella me cae bien. Tiene un carácter tan fuerte como el de mamá. Pero sabe ser dulce. Su jardín llega a nuestra casa y hay muchos árboles con frutas que me gustan y animalitos. Me gusta lo que se ve fuera de la casa, dentro no mucho.

Se me había olvidado mencionar que mamá conoció a un hombre muy agradable, (me quedé dormida en su hombro, en el transporte público). Vive cerca de Letie. Y me trata bien. Su mami me buscaba, después de prescindir de Letie, de la escuela. Y me llevaba a su casa. Su familia es amable. Hay una niña de unos dos o tres años, allí. Llora pero me la pasaba bien viendo con ella caricaturas de barbies. No sé si al mudarnos para acá volveré a ver a Mathew, (así se llama el hombre), pero espero que sí vea a mi mamá. A ella se le ven los ojos brillosos cuando está él. Trata muy bien a mamá. Y sé que se gustan. Ella es muy guapa, y buena, y creo también que él puede ayudarla a no estar triste, a no alterarse tanto (aunque mis hermanos le den razones para ello), y a quitarse el fantasma de encima. Lo he observado muy bien y no he visto que tenga ninguna sombra de mal gusto.

Lo que ocultan algunos ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora