VI

15 3 0
                                    

Los vamos a ir de la ciudad. Por un lado es algo bueno porque mis compañeros de la escuela no han cambiado. Creo que es peor que antes. O siempre ha sido así desde que estudio, solo que no había dado cuenta tal vez. Me duele mucho su trato hacia mi. Creo que me odian pero no sé la razón; no le he hecho nada malo a ninguno. Ya no uso mis lentes porque no aguanto las burlas, es más que molesto y me dan ganas de llorar, pero no quiero que se burlen más  de mí por verme así, llorando. No me defiendo, porque no sé cómo. Los puños no es algo que  mi madre apruebe.

Por otro lado, ha habido más gritos y peleas con Laura y con la hija de Lou. Esa mujer es mala también. Me entristece dejar de ver a Lou porque ella me trata bien. Es la única buena allí. Todos los demás vecinos, que son también familia de ella, son muy malos.  El hijo menor de la ancianita creo que es buen amigo de Laura. Ella a estado en casa de un nieto de Lou y creo que eso no le a gustado a mamá. Yo le dije a ella que Laura había estado allí, solo ellos dos.  Por supuesto, recibí consecuencias porque no puedo decir nada, todo es secreto. Eso y lo que hace unos días pasó en ausencia de Lou, con otro nieto (creo que tiene dos años más que yo), Laura y otros más me obligaron a estar con ese niño y besarlo y dejar que me tocara. Yo no quería. Pero le tengo miedo a mí hermana: sus castigos no son nada buenos. Pero creo que fue el miedo a volver a ser obligada a algo así, más que el miedo a Laura, lo que me impulsó a decirle a mamá. Me parece que , debido al comportamiento de Laura éstas últimas semanas, mamá nos encerró ese día que ocurrió lo de ese niño y yo. Mi hermana salió por la ventana del baño, al buen rato de mamá irse, y yo no quería quedarme sola, y le supliqué salir -claro que ignoraba lo que los demás iban a hacer y el por qué Laura estaba tan ansiosa de salir -. Pero, como dije antes, hay cosas que no puedo cambiar.

Estuve pensando en que no me gusta ser tocada así; es decir creo que me gustaría si viene de alguien a quien quiera. Pero también pienso que sigo siendo muy niña para pensar en enamorarme de alguien. Mamá no sabe estas cosas. Y tengo miedo que, si le digo, complique más las cosas, tengo miedo de su reacción. Cuando supo lo de aquel hombre, esposo de Letie, lo que recibí fue todo menos consuelo. No quiero repetirlo. Mejor callar.

Mathew y mamá son pareja. Eso me alegra. Porque si las cosas siguen así, tendré un papá bueno. Casi no veo a papá, pero tampoco me esmero mucho en eso. No me trata mal cuando he estado con él, pero no siento nada familiar hacia él. ¿Eso es malo? ¿Es malo no querer a un padre como normalmente quiere todo niño? No lo sé. Quiero a Mathew, eso sí lo sé. Él quiere a mamá, y nos trata bien a Laura y a mí. No sé por qué mamá decidió que nos vayamos tan lejos de aquí. Dijo que era por poco tiempo. Supongo que será hasta que ella y Mathew se casen. Pero espero que no sea por mucho. He escuchado que ese pueblo al que vamos no es bonito.

Mamá a seguido angustiada, y creo,  cuando se va a su habitación en las noches, llora. En las mañanas, al despertar, veo en sus hermosos ojos ese brillo peculiar, y esos colores opacos, que interpreto como tristeza profunda. No me dice nada pero continua ese hedor que no me agrada nada, en ella. Cuando hablo con Diosito, le pregunto si mamá será alguien día feliz, pero si ese término completo, porque mis amigos me han enseñado que la felicidad verdadera es duradera.

No sé si en la nueva escuela habrá biblioteca, eso me angustia. Por lo menos terminé de leer las aventuras de Alicia. Y mis amigos propios no quieren que los abandone. Y no está de más leer un buen libro por segunda, tercera, o cuantas veces se desee, ¿Verdad?

No tengo amigos humanos que me vayan a extrañar. No tengo ningún amigo real, en realidad. Así que supongo que nadie sentirá pérdida ni yo tampoco.

Lo que ocultan algunos ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora