12. Eres un estúpido Ron

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-¿No da algo de miedo saber la vida de Voldemort? -preguntó Annie.

-Bueno.. es interesante.. -dijo Harry.

Ambos estaban en el dormitorio de Harry, en su cama y las cortinas del dosel cerradas. Hermione se había ido a quién sabe donde con Theo y Ron se había perdido después de la cena, por lo que Annie y Harry pensaron que era una buena oportunidad de estar solos.

-Nunca me habría imaginado a Voldemort así -admitió Annie. Harry, quien estaba frente a ella, ambos cruzados de piernas, la miró.

-Yo menos. Es bastante extraño -respondió.

Se quedaron un rato en silencio, esuchando el sonido de la caldera que mantenía la habitación cálida.

-Ven.

Annie levantó la mirada.

-¿Eh?

-Ven -dijo Harry extendiendo sus manos. Annie las tomó y Harry la subió a su regazo, mientras Annie rodeaba a Harry con sus piernas, quedando frente a frente.

-Ya casi no tenemos tiempo a solas -se quejó Harry.

-Lo sé. Es una suerte que no hayan dejado deberes hoy -dijo Annie. Harry extendió una mano y acomodó un mechón suelto, que cubría el rostro de su novia.

-¿Quisieras ir conmigo a la fiesta de Slughorn? -preguntó acariciando su mejilla.

-Si sigues haciendo eso, te diré que sí a todo -bromeó Annie. Harry sonrió.

El pelinegro se aproximó y la besó. Annie tomó su rostro con ambas manos para profundizarlo.

-¿Recuerdas nuestro primer beso? -preguntó Harry con una risa- no sabía que me volvería adicto a los tuyos.

Annie rió y Harry, después de tantos años, seguía pensando que era de los sonidos más hermosos que existían. La castaña se acercó y lo besó lentamente, profundizándolo. Harry coló lentamente una mano, acariciando la espalda de Annie, mientras ella regaba besos por el cuello y mandíbula del azabache. Harry suspiró, atrayéndola más a él. Esos besos lo estaban haciendo perder el control, por lo que subió su mano aún más, tocando el broche del sostén, en una pregunta silenciosa. Annie se separó un poco y viéndolo a los ojos, asintió.

Harry se relamió los labios y estando a punto de desabrochar la prenda, la puerta de la habitación fue abierta.

Harry gruñó escondiendo su cara en el hombro de Annie mientras ella reía por lo bajo.

-Harry, ¿estás dormido a estas horas? -preguntó Ron, que era el que había llegado.

-No lo creo, Ron -dijo Annie divertida. El pelirrojo enmudeció y se ruborizó. Ellos jamás habían cerrado las cortinas, por lo que pudo hacerse una idea de lo que habían estado haciendo.

Annie y Harry se mordían el labio, intentando no reír.

-Yo.. este.. ya me iba -murmuró saliendo apresuradamente de la habitación. Ambos rieron.

-Creo que deberíamos dejarlo para otra ocasión -sugirió Annie con una sonrisa y acomodando el cabello del azabache.

Harry arrugó la nariz, pero estuvo de acuerdo. Alargó su mano y acomodó los mechones de cabello de Annie.

-¿Te quieres quedar a dormir? -preguntó Harry.

-Bueno.. ya que insistes -dijo besando su mejilla. Harry sonrió.

(...)

-El entrenamiento ha estado bien -dijo Annie mientras subían a la Torre.

Annie y el Misterio del PríncipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora