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Pacto con el Demonio

PACTO CON EL DEMONIO

A veces el final no es lo que aparenta, una historia no siempre termina con la muerte ya que esta no es el final.

Un día Lucia y Adán recién casados en camino a su luna de miel a las afueras de la ciudad de los Ángeles en un bosque muy poco transitado ya que era un camino que hacia el viaje un poco más tranquilo y relajado, este atravesaba hermosos paisajes y sus carreteras y caminos contaban con escasos viajeros ya que se tomaba más tiempo llegar a su destino hicieron memorable su recorrido, hasta que llegaron a un punto en el atardecer donde un puente se encontraba derribado esto debido a una tormenta que había azotado recientemente y no habían podido reacomodarlo por las escasas quejas debido a que no circulaban mucho por la zona. Como estaba oscureciendo y no tenían un lugar donde descansar decidieron dar vuelta a su coche y disponerse a volver ya que había un motel a 30km, pero ya era muy tarde y el cansancio los atacaba de manera que Adán casi se duerme conduciendo.

Para su suerte, Lucia que no podía dormir ya que estaba acompañando a Adán noto una pequeña cabaña de la que antes no se habían percatado, esta se encontraba un poco lejos con solo una luz muy tenue que la iluminaba, esto no le pareció extraño ya que seguro no la habían visto debido a que iban muy felices disfrutando de la música y sus ocasionales juegos, esta de inmediato le dice a Adán que se acerque y este con el cansancio que sentía toma en cuenta su opinión.

Estos al llegar notan que la cabaña esta algo deteriorada, como si no la habitaran por muchos años pero notan que adentro de esta hay luces encendidas y se oyen voces en su interior estos con algo de curiosidad y pánico tocan a la puerta.

Adán: Buenas ¿Hay alguien allí?

Nadie contesto a lo que Adán vuelve a gritar y tocar con más fuerza, pero esto fue en vano ya se disponían a volver a su camino cuando de repente la puerta se abre y una anciana algo desaliñada responde con una voz dulce pero cansada

Anciana: Dígame que se le ofrece

Adán: Buenas, me gustaría saber si podemos pasar la noche aquí ya que nos encontramos cansados y el único sitio para descansar está a kilómetros y llegar allí se hace muy difícil.

Anciana: Claro sería un placer tener compañía ya que hace mucho que nadie pasa por los alrededores.

Adán y Lucia: Muchas Gracias

Ambos exclamaron muy agradecidos con una voz cansada por el largo camino y recorrido que habían hecho, la anciana les ofrece algo de beber a lo que estos agradecen y con curiosidad le preguntan a la anciana ¿cuál es su nombre?, ¿si vivía sola? y ¿Porque vivía tan alejada de la sociedad? A lo que la anciana contesta

Anciana: Mi nombre es Janeth Gottfried, no vivo sola vivo con mi nieta Cristal Gottfried y bueno vivo alejada debido a la paz y la tranquilidad de las lejanías, ya que dicen que pasan cosas mágicas si vives en lugares donde apreciar lo que tienes es un don.

Adán y Lucia se miraron extrañados a lo que Lucia pregunta

Lucia: ¿Su nieta?, y donde se encuentra ella ya que no la hemos visto.

A lo que Janeth respondió con un ánimo de pocos amigos

Janeth: Ella se encuentra dormida en su habitación, es tarde todos deberíamos hacer lo mismo.

Adán y Lucia pidieron disculpas ya que les extraño la reacción de Janeth pero se sentían algo culpables por su intromisión, Janeth los conduce por un pasillo largo en el cual notan una puerta con muchas cerraduras con candados y cadenas no se atrevieron a preguntar debido al percance durante su conversación anterior pero les pareció algo curioso ya que se oían pasos y gemidos detrás de la misma.