Lissana

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Lissana.

Ese era el nombre que pasaba por la mente de lucy, sabia que ella estaba enredando a natsu con sus suaves palabras, con sus hermosos ojos azules, con su suave cabello blanco y su piel extremadamente blanquecina.

Lo sabia y lloraba por ese motivo, el la iba a olvidar, y todo sus sueños y metas que faltaban por cumplir se harían añicos, y todo por esa bella dama que estaba segura era dueña ahora de los pensamientos de Natsu, su esposo.

Hace más de un mes natsu había cambiado de trabajo ahora era supervisor en un banco de la ciudad y una de las jóvenes damas que trabajaban como cajeras lo estaba seduciendo.

¿Pero realmente ella se estaba metiendo en su mente?

¿Natsu la estaría engañando por las noches?

Ese noche lo averiguó.

Era de noche, natsu se había alistado con uno de sus elegantes trajes, se había ido en su carro.

Y ella lo siguió, no estaba loca, lo amaba tanto que no le importaría alejarse de el por su bien.

Se aparcó en una esquina y lo vio entrar en un restaurante muy lujoso.

Entro y se sentó en una mesa un poco retirada.

Cuando la vio entrar no pudo evitar sentir rabia por esa mujer, pero no podía hacer nada, no quería verse como una loca por un hombre si el ya no sentía nada lo dejaría libre, si esa mujer había sido su perdición y había arruinado el matrimonio que más daba ya.

La vio sentarse con elegancia en la misma mesa que el, los vio sonreír, mientras ordenaban sus platillos.

Y no pudo evitar sentarse más cerca de la mesa de ellos.

Y escuchar la conversación.
Pero se sorprendió cuando escucho que ella solo le comentaba de lo bien que le iba con su pareja sting.

Y no pudo evitar soltar lágrimas por dudar de el. Dudar de su amor.

Ella no lo merecía ya.

Se levanto de la mesa, se fue a su casa.

Al llegar subió las escaleras y empacó toda su ropa, soltaba lágrimas se había vuelto una maníaca.

Y no pudo evitar recordad cuando se prometieron amar en todo momento en aquel altar, y confiar mutuamente pero ella había fallado en esa misión y todo por una persona

Lissana.

Solo pudo dejar una carta:

Querido natsu:

Te he fallado, he dudado de ti, de tu gran amor hacía mi, esta noche no pude evitarlo y ruego tu perdón.
Te seguí  hasta ese lugar y te vi con ella, estaba segura que me estabas engañando, que alguien más era ahora la dueña de tus pensamientos
Que lissana seria ahora tu nueva mujer.
Y no pude evitar soltar lágrimas de impotencia al escuchar esa conversación que ella estaba enamorada de alguien más, que su corazón latía y existía para alguien más
Y no pude evitar recordar el dia que nos casamos y las promesas que nos hicimos, las metas que habíamos cumplido, y los sueños que faltaban por cumplir que quedarían ahora en el olvido.
Te amo, pero no puedo seguir haciéndonos daño.

Con amor
-Lu.

Y así emprendió su viaje al aeropuerto, se iría tan lejos para que el no la viera nunca más o para que ella no lo viera nunca más, porque ya no lo merecía.

Nunca más.

Natsu llego a su casa al par de unos minutos que lucy se había ido.

-Luce- Grito el, pero no obtuvo ninguna respuesta.

Subió la escaleras y sintió una presión en el pecho al ver el guardarropa vacío,  al ver que nada de ella estaba en esa habitación.

-Maldicion- grito- Para bajar corriendo las escaleras y en la mesa de la sala vio una carta.

Al leerla quedo pasmado, con miedo, no sabia que hacer, fue un estúpido

Estúpido.

Era lo único que podía pensar, claro que ella tenía toda la razón para pensar todo eso, no le había dicho nada, saliendo hasta tarde de trabajar, yendo a cenas por las noches, sin decirle nada.

Y sin más nuevamente se subió a su auto y mientras manejaba le marco a la mejor amiga de lucy.

-¿Donde esta lucy?-  Pregunto a levy mientras no quitaba la vista del camino.

-¿De que estas hablando nat, es tarde. ¿Que no esta contigo?- Grito histérica la pequeña.

Maldición.

Corto la llamada y ahora marco a su hermano.

-Gray, dime que lugar le gustaría visitar a lu cuando se encuentra triste o que ha hecho algo frustrante- Pregunto desesperado el hombre sin dar explicaciones a su mejor amigo y cuñado.

-Paris- Fue lo único que respondió su amigo sin entender.

Y colgó la llamada, que demonios.

París, era una puta ciudad lejana, de donde se encontraban.

Miro el cielo.

Solo espero llegar a tiempo al aeropuerto- se dijo para si mismo mientra manejaba rápido.

Al momento que llego entro corriendo, necesitaba encontrarla.

Y no encontró mas remedio que gritar

-LUCEEEEEE- Y mirar a todos lados.

Y una bella y triste rubia volteo desde donde se encontraba, desesperada.

¿Aque había venido?  ¿A burlarse? ¿A despedirse?

Ella ya no quería verlo más.

Cuando de repente sintió que la jalaban del brazo y era el.

-¿A donde carajos crees que más vainilla?- le pregunto con sus ojos tristes.

-Lejos de ti- le respondió la rubia.

-Perdón- Soltó el de repente -Por haberte hecho sentir tan mal, todo es mi culpa cariño, lo siento tanto-

-Yo dude de ti, de tu amor, yo no merezco tu perdon-

-Pero fui yo el que te dio motivos, no me dejes, yo no podría vivir sin ti a mi lado- Suplicaba natsu mientras la tomaba de la cintura.

Ella dio un respingo, su piel se estremecía, y lloraba.

Y lo abrazo, lo abrazo hasta que no pudo evitar llorar.

-Te amo, te amo, pero te he fallado-  susurraba la rubia mientras lloraba pegada a su pecho.

Tan varonil, tan fuerte, podía sentir sus músculos debajo de ese traje.

El acaricia su espalda y besaba su frente.

-Tambien te amo, y también te he fallado, que más da vainilla- Ese era el apodo que el solía decirle.

-Verano-  le dijo entre risitas.

-Regresemos a casa- Le dijo al oído a su bella mujer.





Y bien traje uno más,  si les gusta por favor comenten quiero saber como están ustedes, si siguen siendo los antiguos lectores o hay nuevos y que les parece este y el anterior  one-shot.

Fairy Tail.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora