Daddy

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Ella era su pequeña pelirroja, la amaba tanto que le resultaba enfermizo al mismo tiempo, ella era su estudiante.

De tanto solo 17 benditos años.

Maldición.

Era lo único que pronunciaba, el era maestro en el colegio Fairy Tail.

A sus 22 años había logrado muchas cosas, era maestro suplente de la materia de Historia, el anterior maestro se había retirado temporalmente debido aun accidente de salud.

También era CEO de una reconocida empresa en la ciudad.

Y se encontraba sumido en la desesperación al ver esos bellos ojos, al ver esa hermosa sonrisa, al ver ese ardiente cabello escarlata.

Y no podía decirle nada, ella era prohibida, una inocente niña.

Que quería corromper, que quería ensuciar y verla gemir, verla desesperada de placer y pidiéndole más.

Se encontraba dando su clase, no podía evitar mirarla de reojo, tan linda que se veía.

Solo que había algo que el hombre no sabia y eso era que la perfecta estudiante Erza scarlett lo amaba en secreto.

Pero como ella podría decirle, era su maestro, era mayor que ella, no podría.

Con solo pensarlo se asustaba que el la pudiera rechazar por solo ser una chiquilla.

Y lo miro, su rostro, sus anchos hombros, su melena despeinada, su tatuaje que lo hacia tan varonil.

Ese hombre que la hacia perder la locura, cosas que nunca había sentido.

Había fantaseado con el, que se hundía en ella, que eran el uno para el otro, entregados en placer.

Y la campa la saco de sus pensamientos. Sonrojada volteo a ver que todos sus compañeros se habían ido.

Y solo estaba el, mirándola mientras estaba sentando en el escritorio tan despreocupado.


-¿Te ocurre algo?- Pregunto su maestro.

-Solo estaba distraída, sensei- Susurraba  mientras se enrojecia.

Y se paro para dirigirse a la puerta del salón, cuando estaba apunto de abrirla una mano varonil la tomo de la cintura y volteo.

Vio a su querido sensei tan cerca de ella.

¿QUE DEMONIOS ESTOY HACIENDO?

Era el pensamiento de Jerall, No podía tomarla, ella era prohibida,  no podía profanarla se repetía constantemente.

Pero verla tan perdida en su mente y sonrojada, no pudo evitarlo.

Y tomo uno de sus mechones rojos, y aspiro su olor.

-Cereza- Susurro al oído de la chica- Hueles a cereza- Le dijo nuevamente.

Ella asintió y lo miro.

Lo deseaba, sus amigas le habían contando de las cosas atrevidas que ellas ya habían hecho.

BESALO

Era el pensamiento que surgió en Erza.

Y sin más se puso de puntitas, tomo del cuello a su sensei y le dio un pequeño beso inocente.

Así como lo era ella, inocente.

Inocente Erza- Susurro jerall.

El hombre no pudo evitarlo la agarro de la cintura y la cargo fuertemente mientras le daba un beso pero diferente al de ella, con más experiencia y pasión.

Después de todo el era un adulto, un hombre que podría tener a cualquier mujer en su cama, y así era.

Pero estaba ahí embelesado por una chiquilla.

Ella no podría soportar más  aquel demandante beso y se separo de el, un pequeño hilo de saliva unía sus labios.

Y jerall camino hasta el escritorio sin soltarla y la dejo sobre el.

-¿Sabes lo que acabas de hacer?- Le preguntó mientras la miraba toda extaciada, intentando recuperar la respiración  por aquel beso.

Ella negó con la cabeza.

Y el la miro fijamente mientras sonreía para ella.

Lo cual la sorprendió.

-Sensei, me gusta pero se que solo soy una chiquilla para usteded- Le dijo mientras su cara se ponía colorada.

El la miro sorprendido por aquellas palabras si algo reconocía de ella es que era una chica muy madura, inteligente y directa y precisamente eso lo había enamorado.

El soltó un suspiro y la miro nuevamente.

Ella solo bajo la mirada, sabia que lo había arruinado.

Había hecho mal en besarlo.

Cuando sintió una mano en su pierna, recorriendola con sumo cuidado.

Su falda era algo corta, y levanto la mirada, el la veía fijamente.

Y una de sus mano la tomo de la cintura mientras la otra seguía en su pierna.

Apretandola fuertemente.

-¿Quieres ser mi BabyGirl?- le susurro al oído a erza

Mientras su mano seguía recorriendo su pierna.

Ella no podía hablar, sentía un nudo en la garganta, sabia a lo que se refería.

El la deseaba y ella quería que el fuera su Daddy.

Solo asintió con la cabeza.

Y el nuevamente la beso con fuerza y pasión.

La escucho gemir.

Pero no la tomaría en ese lugar, no planeaba ser tan brusco.

Después de todo el la quería,  pero aun no se lo diría.

Ella sería su baby girl, y ya habrían mejores momentos para tomarla, para hacerle el amor.

La amaba tanto, y lo mejor de todo es que era correspondido.

Seria un secreto entre ambos.

Y mientras más la besaba no podía evitar querer tomarla.

-Daddy- Susurro la pequeña erza mientras se sonrojaba.

Y el la miro y sonrió.

Ella era suya.








One-shot a petición de una bella lectora.

Fairy Tail.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora