Once

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A cada misión te sentía más lejos.
A cada misión ya no había necesidad de asignar las parejas para purgar el planeta, siempre eran las mismas:
Bardock y tú.
Toteppo y Panppukin.
Toma y yo.

¡Era patético!
Apenas y hablamos. Y solo lo hacías para hablarme del capitán.

Ahora él era quien estaba en tu mente; era quien te robaba los mismos suspiros  que yo daba cuando pensaba en ti.
Sonreí, aunque dolió saber que Bardock robó tu corazón.
¡Sin hacer absolutamente nada!
Te salvó en varias ocasiones, eso yo también lo hice.

Por un tiempo quise odiarte Gine, pero eso es imposible, no tenía motivos para hacerlo.
Simplemente no puedo hacerlo.

Para Gine. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora