El mejor amigo de mi primo.

11.

Durante todo el camino, lo único que interrumpía el silencio en el interior del auto, era la música que sonaba en los parlantes.

-¿Ahora si me dirás quien te contó lo de Mariel?

-Fue Estefan. -Digo sin mirarlo- Me lo contó mientras ibamos en el auto rumbo a casa la noche que salimos con Fernando.

-¿Será que no puede mantener su bocota cerrada? -Suelta apretando el volante en demasía- Le dije que no lo comentara.

-No lo culpes a él, no tiene idea de lo nuestro. -Respondo intentando que se de cuenta de nuestra situación- Créeme que si supiera lo que hay entre tú y yo no estaría tan tranquilo.

-Lo sé. - Dice y suelta el aire en un  suspiro audible- Sabes que si es por mi le cuento todo, pero no sé como vaya a reaccionar.

Mientras seguimos en viaje, nos dedicamos a ir cantando las canciones que pasan en la radio, lo que hace que el viaje se nos haga más corto de lo que en verdad es.

Al llegar al area donde se está llevando a cabo la construcción, Marcelo aparca el auto y ambos descendemos con todo lo necesario para hacer nuestro trabajo.

-Te veo para el horario del almuerzo. -Avisa Marcelo y me da un beso en la comisura de la boca haciéndome estremecer.

Al separarse de mi, lo primero que hago es ver que nadie se hos haya quedado viendo. Si bien no  hay ningún conocido de mi primo que le vaya con el chisme , no me puedo arriesgar a que Estefan se entere por alguien más. 

-De acuerdo. -Respondo tomando un rumbo distinto, pues debía organizar toda la decoración del hotel, incluido el salón que sería utilizado como restaurante.

Apenas entré en el recibidor del enorme edificio, me encontré con el proveedor y varios ayudantes.

-Hola Sergei. -Saludo con un beso en la mejilla.

-Hola preciosa ¿Cómo has estado? -Pregunta con una sonrisa amena.

-Bien ¿qué te parece si vamos comenzando? -Pregunto muentras apoyo mi bolso junto a la laptop para comenzar a trabajar.

-Pues tu dirás en que te puedo servir. -Responde y se pone a mi lado para observar el boceto que hice para las decoraciones.

-Bien, comencemos por las areas comunes si te parece.

-Perfecto.

-Bien. Acá en el area de recepción, quisiera que en el medio del espacio haya una alfombra, una mesa y un enorme arreglo floral. En ambas recepciones habrá un jarrón con los mismos tipos de flores. -Explico mientras veo como toma apuntes.

-Bien, aquí tengo algo. -Responde extendiéndome una tablet con los modelos disponibles.

Luego de dejar listo el encargue para la recepción, proseguimos con la decoración de las habiraciones.

Terminamos de organizar todo, cuando llegó el horario del almuerzo. Al llegar a la planta baja, salí al exterior y me dirigí a donde se encuentra Marcelo supervisando la obra del parque.

-Ya terminé. -Hablé una vez estuve a su lado.

-Bien, vemis yendo entonces. Ya hablé con el encargado de la obra asique ta nos podemos ir.

Tomándome de la mano, me guió hacia el auto.

-¿Qué te dijo el provedor?
-Pregunta sin despegar la vista del camino.

Le mostré los bocetos y él en base a lo que armé, me mostró lo que tenía disponible, quedó en mandarme el presupesto al final del día.

-Genial, entre hoy y mañana ya traen el resto de los componentes para los toboganes y si todo marcha bien, en dos  meses más lo tendremos listo.

Ya dentro del auto, emprendimos el viaje de regreso a la constructora, pero antes de llegar, pasamos por un restaurante.

-Y dime... -hablo una vez que tomaron nuestra orden- ¿Ya saben a que restaurante irán?

-Quedamos en que iría a casa. -Responde tranquilo y yo solo puedo sentir como una bola de disgusto se forma en mi.

-¿A... tu... tu casa? -pregunto sintiendo como me congelo en mi lugar.

-Si, Mariel prefirió  que nos juntaramos allí para poder hablar tranquilos.

Okay, esto me sigue dando mala espina y algo me dice que esto no va a terminar bien al menos para mi. Sin decir nada, largo un suspiro cargado de frustración.

-Tranquila que solo es una cena ¿Si? -Intenta calmarme.

-De acuerdo. -Respondo, quizas es solo una simple cena y yo me estoy haciendo la cabeza.

Al llegar nuestro almuerzo, decido arrojar mis precupaciones al fondo de mi conciencia y me dedico a pasar un rato agradable con Marcelo, ya que una vez de vuelta a la ritina tendremos que seguir con los recaudos.