12.

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Por milésima vez, intento concentrarme en el plano en el que estoy trabajando, pero sin poderlo evitar, mi vista se posa una vez más en mi móvil que reposa sobre la mesa a un lado de la portatil.
Por inercia, lo tomo y enciendo la pantalla. De fondo aparece una foto en la que estoy junto con Marcelo, miro la hora y son la una de la mañana. Deslizo la barra superior en busca de alguna notificación, pero no ha llegado nada, como tampoco llegó nada desde el último mensaje que envió hace seis horas atrás. Lo desbloqueo y busco el chat, la última conexión fue hace una hora.
Me debato en si escribirle y saber como está o esperar a que él me escriba.

Me decanto por la segunda opción, por lo que lo bloqueo y una vez más vuelvo a mi tarea. Sin poder contener más la ansiedad, lo tomé de nuevo y luego de desbloquearlo, le escribí y se lo mandé. Mientas esperaba su respuesta, proseguí con mi trabajo. 

Cuando logré tener el plano casi listo, apagué todo y me fui a mi cuarto.
Largando un suspiro cansado, me tiré  en mi cama y me dispuse a dormir.

Un ruido comenzó a sonar haciendo que me despertara sobresaltada. Al incorporarme, intenté identificar el ruido. Era mi movil recibiendo una llamada.

Cuando lo tomé, miré quien era. El identificador marcaba que era Marcelo quien llamaba .

-Hola. -Hablé apenas puse el teléfono en mi oído.

-Sele perdón por la hora, pero ¿Podes venir a buscarnos? -Preguntó desde el otro lado.

-¿Buscarlos? ¿A dónde estás? ¿Con quién estás? -Pregunté intentando despavilarme.

-El auto se descompuso y quedé varado en plena ruta, estoy con Mariel.

-Bueno, me cambio y salgo. -Respondí terminándome de despertar.

-Gracias, ahí te envío la ubicación.

Ya en el auto, esperé a que me enviara la ubicación y salí a buscarlo.

-Gracias por venir a esta hora. -Soltó  Marcelo acercándose hasta el auto apenas bajé. Con sus brazos rodeó mi cintura y plantó un beso en mis labios.

-Vamos. -Dije después que me separé y miré al interior del coche de Marcelo- ¿La grua? 

-Ya está en camino. -Dice mientras se acerca a su auto y hace bajar a Mariel para luego trabar las puertas.

-Hola . -Saluda la amiga de Marcelo con una sonrisa- Tú debes de ser la prima de Estefan ¿No?

-Si, la misma. -Digo respondiendo amablemente.

Una vez que vin!o la grua y se llevó el auto, volvimos a la ciudad.

Marcelo conducía y conversaba con Mariel, la cual iba en el asiento trasero, mientras yo iba de acompañante callada y mirando por la ventanilla.

Al llegar a la ciudad, la primera en bajar fue Mariel. Al llegar a su casa, se despidió de mi mientras que Marcelo se bajó a abrirle la puerta y la acompañó hasta la entrada de su departamento.
Al despedirse, se dieron un beso en la mejilla, pero para disgusto mío, ella posó una de sus manos en su mejilla mientras que en la otra le plantó sus labios, los cuales de seguro le dejaron el labial marcado. Si bien era un acto inocente, a mi me puso incómoda. No sé si Marcelo le habrá contado lo nuestro, pero no me pienso quedar con la duda.

-¿Cómo les fue? -pregunté después de un rato de ir en silencio.

-Bien, hablamos de muchas cosas. -Responde sin apartar la vista del camino.

-¿De lo nuestro? -Pregunté sin poder aguantar más.

-También. -Respondió y yo solté un suspiro a lo que él sonrió de lado-¿Qué?  ¿No me digas que pensabas que no le iba a decir nada?

-Lo pensé por como se despidió de ti.

-¿A que te referís? -Preguntó esta vez mirándome un instante.

-Por como besó tu mejilla, si hasta te dejó marcado su labial. -Respondo señalando mi mejilla marcando el lugar donde tenía la marca.

Automáticamente se miró en el espejo retrovisor y se limpió quitando todo rastro de marca.

-Si le contaste lo nuestro me quedo tranquila entonces. -Suelto sintiéndome más tranquila.

-Podes estarlo, ella siempre supo que me gustaba alguien y hoy tube la posibilidad de contarle que eras tú.

-¿De Estefan te contó si se vieron o algo? -Pregunto y de pronto se me vino la imagen de Maite, mañana la llamaría, hace rato que no hablamos.

-Me dijo que se reencontraron y que a  Estefan lo notó muy cambiado desde que nos dejó de ver en la universidad.

-En eso tiene razón, Estefan está muy cambiado desde que Maite se fue.

Tras varios minutos de manejar por la ciudad, llegamos a la casa de Marcelo.

-¿Querés quedarte? -Preguntó una vez estacionó el auto- Es tarde ya para que te vayas sola, mañana antes de ir a la oficina pasamos por tu casa para que te cambies y tomes tus cosas.

Luego de meditarlo un instante accedí.

-De acuerdo. -Respondo mientras desabrocho el cinturón.

Una vez en el garage del edificio, descendimos del auto y fuimos hasta el ascensor el cual se encontraba abierto.
Al llegar al piso que nos correspondía, caminamos hasta la entrada del departamento de Marcelo.

-Toma. -Soltó Marcelo extendiéndome una remera.

-Puedes usar mi cuarto, yo dormiré en el cuarto de huéspedes.

-No hace falta -Digo tomando la remera que me ofrece.- Podes quedarte conmigo.

-De acuerdo, me cambio y vuelvo. -Respondió saliendo por la puerta hacia el pasillo.

Una ves sola, me metí al baño, me quité la ropa y me coloqué la remera, la cual me llegaba hasta la mitad del muslo.

Ya cambiada, volví a la habitación justo cuando por la puerta de esta entraba Marcelo con una camiseta y un pantalón corto de ejercicio.

Luego de meternos en la cama, me acosté de costado de cara a Marcelo.

-Quiero que estés tranquila. -Habló Marcelo con voz tranquila- El que Mariel haya vuelto las cosas no cambiarán entre nosotros.

-Está bien. -Respondí en un susurro, realmente esperaba que fuese así.

El mejor amigo de mi primo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora