Capítulo 1

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Los cristales permitían observar el exterior de la cafetería, se veía tan solitario y silencioso, todos sabían que sería efímero.

Chris, por otro lado, no se concentraba en lo que ocurría fuera de la cafetería, ni siquiera de lo que ocurría dentro, lo único a lo que le dedicaba tiempo de observar era a su libro el cual se encontraba leyendo casi desde que llegó a la cafetería, su vista no se fijaba en nada más, a su punto de vista le parecía un libro bastante interesante. En cuestión de segundos cerró el libro de golpe, su vista se encontraba cansada por tanto leer, hasta le dolía un poco la cabeza, agradeció haber dejado el separador antes de cerrarlo, no quería perder la página donde se supone que se había quedado.
Tomó su mochila la cual se hallaba posada sobre el suelo justo a lado de su silla, y guardó su libro dentro de ella. Levantó su café, y lo acercó a él para comenzar a tomarlo, en el tiempo que había estado ahí quizá lo bebió al menos una vez

Su mirada se enfocó en el exterior, mirando a las personas, ir y venir de un lado a otro, algunos con prisa otros pocos con tranquilidad. Habían tantas cosas en su mente, tales como compromisos, el trabajo que aún tenía que terminar, entre otras cosas estresantes, aunque, entre esos pensamientos destacaba uno, el hecho de que su amigo gustaba de él, bueno casi ni su amigo era, algo así como conocidos y sería mentira si negara que le llegó a interesar, y apesar de que jamás le dijo nada a la cara, era más que obvio, al chico le brillaban los ojos cada vez que hablaba con Bangchan.
El nombre de su "amigo" era Lee Felix, lindo nombre, ¿no?, o al menos eso pensaba Bangchan, temía en caso de que alguna vez se le ocurría declararse, ni siquiera sabía si sentía lo mismo que él, oo único que podía entender era que tenía sentimientos pero no comprendía a qué se debía, o no quería admitirlo, todo tan confuso, y se sentiría tan mal de tener que lastimarlo, era un chico tan bueno, y dulce, un poco estúpido también.

Una vez terminado su café se acercó a pagarlo en la caja. En cuanto lo hizo sólo tomó sus cosas y se retiró del lugar, limitándose a hacer algo más.
Su caminar era tranquilo, debido a que se encontraba de esa manera, quizá en otros momentos hubiera estado desesperado por llegar a casa.

Cuando estuvo dentro de su hogar dejó escapar un suspiro, combinando con el cansancio, había sido un largo día, pero la mala noticia aquí, es que recién estaba empezando para Chan, las 10:00 a.m era su hora de inicio de trabajo.

Desprendió sus zapatos de sus pies dejándolos en la entrada, luego de realizar aquella acción se largó a su habitación en la cual al llegar lanzó su mochila sin saber en qué lugar caería, para su suerte nada terminó dañado. Se sentó sobre su cama y tomó su celular, el que se permanecía sobre su mesa de noche, tenía algunos mensajes de sus amigos, estaban realizando planes, pero a él la verdad no se le apetecía salir en ese preciso momento, además tenía trabajo que terminar. Se puso de pie, y caminó en dirección a el piano que había frente a su cama, sentándose en la silla la cual se encontraba justo al frente del teclado.

Comenzó a tocar las teclas, formando la estructura de una melodía, era algo al estilo relajante y pacífico, que era lo que más le agradaba.
Continuó componiendo la melodía, repitiendola hasta que sentía el ritmo mejorar, no quería una melodía vacía.

En cuanto al fin terminó de componer la melodía, tomó su teléfono, revisando los cientos de mensajes que le había dejado su mejor amigo. Cuando Bangchan no le respondía ni al más mínimo mensaje este comenzaba a molestarlo hasta que contestara, pero a Chan no le importaba mucho que hiciera eso, ya estaba acostumbrado, así que simplemente miró los mensajes y se fijó en la hora, 5:23 p.m, ¿cómo era que el tiempo se le había ido tan rápido?, si hace tan sólo unos segundos para él eran las 10:00 a.m.

La única opción que tuvo es tomar sus libros y sentarse en su escritorio, comenzó a leer y escribir, realizó la tarea que tenía pendiente, lo cual le llevó su tiempo, y por tiempo me refiero a casi 2 o 3 horas. Entre el instituto, los deberes, e intentar componer canciones no se daba el lujo de tener tiempo libre, siendo sincera no se imaginaba tener pareja, puesto a que eso implicaba mucho tiempo, tiempo que hasta para sí mismo le hacía falta.
Una vez que acabó todos sus deberes y terminó de ordenar su habitación, se recostó sobre su cama al fin logrando descansar después de un largo y cansado día, de todos maneras, así eran todos los días de su aburrida vida, y dudaba que fueran a cambiar, o al menos eso creía.

𝟭𝟬 𝗗𝗔𝗬𝗦 % chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora