You are [YeonHyeon/JoJu]

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«And can I be the one you reach for when you haven't been sleeping at all?»

[«¿Y puedo ser aquel a quien busques cuando no has estado durmiendo nada?»]

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Ha pasado una semana desde aquel día. YeonHo no ha salido de casa: no quiere salir, no se encuentra con ánimos. GyeHyeon está que literalmente apenas puede dormir pensando en la situación en la que se encuentra su novio.

Esa noche, Ju recibe un mensaje del peli-azul, preguntándole cómo estaba y si podía venir a su casa esa noche.

YeonHo sabe que a sus padres les dará igual que se vaya. Sabe también que hablan de él cuando no está delante, pero finge que no le importa. Decide ir a casa de GyeHyeon.

Cuando entra al cuarto del mayor, este le recibe con un beso y un fuerte abrazo. Se notaba la preocupación a leguas y YeonHo corresponde ambos gestos.

Esa noche, ambos tumbados en la cama del mayor, deciden por primera vez tocar el tema.

-¿Te hablan? - Pregunta el mayor.

-No mucho. Lo justo y necesario. Y siempre con ese tono monótono. Lo odio. Prefiero que me griten a que me traten como si yo no les importara. Aunque supongo que ahora mismo es así. - Reconoce YeonHo.

-Lo siento. Debí haberme callado. Seguramente empeoré todo.

-No tienes que lamentar nada. No hiciste nada malo. Sólo nos defendiste, cosa que yo no pude hacer. - Murmura el menor.

-Es normal que te bloquearas y no dijeras nada. Son tu familia, al fin y al cabo; nunca es fácil. - GyeHyeon acaricia su mejilla. - Tendrán que aceptarlo, tarde o temprano.

-No sé si lo harán. Cada día que paso con ellos lo dudo más. No quiero estar en casa, pero tampoco tengo fuerzas para salir. - Confiesa Ju. - Nunca pensé que me afectaría tanto. Creí que sólo sería una conversación incómoda y luego volvería a estar todo como siempre, aunque no lo aceptaran.

-Yo también esperaba un poco más de madurez y aceptación por su parte. Pero no ha podido ser. - Ambos suspiran. - Yeonnie, sabes que puedes venir cuando quieras. Si necesitas despejarte o alejarte de ellos, aquí tienes tu casa. Ninguno de nosotros te va a juzgar, sabes que mi madre te ama.

El pelirrojo sonríe. Lo sabe. Tanto la madre como el padre de GyeHyeon habían aceptado su relación desde un principio y lo habían recibido con los brazos abiertos. Y, aunque ahora el señor Jo no estuviera en casa por el divorcio, sabía que seguía teniendo en él alguien con quien contar.

-¿Has estado durmiendo bien? Tienes ojeras. - Pregunta GyeHyeon, respondiéndose a sí mismo.

-Tú también. ¿Pasa algo? - Pregunta de vuelta YeonHo.

-Me daba miedo que la situación en tu casa fuera peor aún. He estado nervioso y apenas he podido dormir estos días. - Explica el peli-azul.

-Deberíamos dormir, entonces. - Sugiere el menor.

YeonHo los arropa a ambos y apaga la luz, topándose con los labios de GyeHyeon sobre los suyos cuando vuelve a girarse.

-Te quiero. - Esta vez, YeonHo es el primero en decirlo.

-Y yo a tí. - GyeHyeon coloca su cabeza a la altura del pecho de Ju, quien lo envuelve con sus brazos.

Saben que es verano y que se terminarán separando en apenas segundos o minutos, pero ahora mismo sólo quieren estar así y sentirse protegidos en los brazos del otro.

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Happy Sunshine YeonHo Day!

Aquí acaba esta historia llena de cliché, mucho drama y cursilería.