16 de mayo de 1991.
Eddie sabía lo que se le venía encima, pero una parte de él rogaba que no fuera tan doloroso. Por supuesto, sus ruegos fueron en vano.
El 16 de mayo, un día después de ver a Eurídice, ningún perdedor se dirigió la palabra.
Bill ni siquiera había asistido a la escuela. Beverly y Richie parecían haberse salteado las clases.
Mike tampoco apareció, Eddie imaginó que debía de estar en la biblioteca de Derry.
Ben no había estado en ninguna clase que compartía con Kaspbrak, y éste último sabía que fue algo intencional.
Stanley nunca levantó su mirada al cruzarse a Eddie en los pasillos, y cuando el menor le gritó para que al menos le mirara, simplemente aceleró sus pasos, terminando por perderse entre la multitud.
Claro que en medio de las clases que compartían Eddie también intentó llamar su atención, tirando papeles en su espalda, y a pesar de que lo escuchó suspirar; Stan nunca giró a verlo.
Finalmente, Eddie vió a Ben en la salida de clases.—¡Ben! ¡Ben!—el castaño comenzó a llamarlo, tropezando un poco en el intento de alcanzarlo. Supo que Ben había escuchado perfectamente su llamada, pero lo ignoró colocándose sus audífonos.—Maldita sea Ben.
Una vez que logró estar a su lado, le tocó el hombro. Ben pareció dudar entre si girarse o salir corriendo. Pero terminó por realizar la primera opción.
—¿Qué quieres Eddie?—sonaba cansado, y era la primera vez que Ben se dirigía de una manera tan tosca hacia Eddie.
—Yo...quería saber cómo estabas, quizás podríamos hablar.—contestó Eddie sujetando fuertemente las correas de su mochila, nervioso.
—No lo creo, no estoy de humor, lo siento.—le cortó el contrario para darse la vuelta antes de obtener respuestas e irse en su bicicleta.
Eddie sabía que tal vez parecía algo pesado, porque sus amigos no estaban pasando exactamente el mejor momento, pero si él no intentaba acercarse ahora, luego sería mucho más complicado. Estaba seguro de que no se hablarían ni al día siguiente, ni al otro, e incluso tampoco la otra semana. Tal vez nunca más.
¿Él era suficiente para poder arreglar todo eso?
●●●
Richie se encontraba en la cantera, solo y fumando su segundo cigarrillo de esa mañana. Casi había entrado a la escuela, pero una vez que estuvo frente a ella suspiró y dió media vuelta. No iba a poder concentrarse y sería como no estar allí al fin y al cabo. Al menos afuera podía fumar.
Terminó en la cantera porque sabía que nunca había nadie más que el Club de los Perdedores en aquél lugar.
Y una pequeña voz en su mente le dijo que ese día ningún otro miembro del club salvo él estaría allí. No se equivocaba.Los recuerdos que había perdido ahora estaban húmedos en su memoria y se repetían en forma de un tortuoso bucle en su mente.
Aquello, junto con sus destructivos pensamientos, estaba lejos de ser una buena combinación.Cuando había creído superar todos sus miedos, ahora volvían a él como una ola que arrasaba con todo a su paso, y él comenzaba a ahogarse. Ya no estaba seguro de sí mismo. No luego de recordar esa tarde de 1989.
Porque era como seguir presenciando ese horrible momento. Él, débil ante la mirada amenazante de Bowers y su pandilla, y por supuesto, la de todos los demás en el Arcade. Las miradas de asco y repulsión. Ojos oscuros llenos de odio y maldad, lejos de tener una pizca de empatía. Todos ellos lo rodeaban.
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Mamihlapinatapai~Reddie
Fanfiction«Una mirada entre dos personas, cada una de las cuales espera que la otra comience una acción que ambas desean pero que ninguna se anima a iniciar» Todos sabemos que una mirada puede decir más que mil palabras...pero ¿Dicen nuestro mayor anhelo o nu...