Mamihlapinatapai~Reddie

《6》

14 de mayo de 1991.

Eddie sabe que muy pocas veces había corrido tan rápido como en ese momento. Supo que varias personas lo habían mirado, pero no se detuvo ni por un segundo.

Se adentró con rapidez en el baño y con las manos temblorosas tanteó dentro de su cangurera hasta tocar su inhalador. Lo tomó con fuerza y lo acercó a sus labios, cerró su ojos y disparó el objeto como si de un arma se tratase.

Y pudo respirar.

Comenzó a concentrarse en su respiración y dejó de ser tan rápida y descontrolada, poco a poco se fue calmando. Se recostó contra la pared y comenzó a mencionar mentalmente los nombres de las flores que conocía. Había descubierto que aquello le ayudaba en momentos como ese.

Luego de un rato se acercó al lavabo y giró el grifo para mojar su cara con agua fría, eliminando todo rastro de sus lágrimas.

Se odiaba, odiaba haberse enamorado de nada más y nada menos que su mejor amigo.

Odiaba haberse enamorado de Richie Tozier.

Le dolía tanto, era como sentir miles de espinas en su corazón, él enserio no se imaginaba que su pecho podía contraerse tanto por un dolor que no fuera el físico. Aún podía sentir el nudo atrapando toda su garganta.

Se miró al espejo y sus ojos comenzaron a cristalizarse nuevamente. Tomó con fuerza la cerámica del lavabo.

"Soy patético, patético, patético"

Era lo único que su mente le repetía constantemente.

Recordó nuevamente la situación que lo había llevado a ese momento.

Richie había llegado con una chica al almuerzo, y ellos siempre comían solos, sólo el Club de los Perdedores. Por lo cual todos se sorprendieron.

Al parecer la chica era nueva y se llamaba Samantha, tenía quince años y era nueva en la escuela, por lo tanto tampoco conocía a nadie allí.
Y había llegado con Richie porque se había reído de uno de los chistes de éste en clase, y eso fue suficiente para que el muchacho la invitara con ellos a almorzar.

Todos reían y hablaban como siempre, le hacían alguna que otra pregunta a Sam y conversaban con ella.

Eddie por primera vez no se había sentado a un lado de Richie, Sam estaba en su lugar.
En aquél almuerzo el Bocazas no se dirigió a él ni una sola vez.
Agregando que la chica parecía querer lograr una particular cercanía con Richie. Eddie lo notó, de hecho todos los perdedores lo habían notado.

Era de admitir que la joven era muy simpática y alegre, y a Eddie le hubiera caído bien si no fuera por el pequeño (gran) detalle de que parecía tener el mismo interés por Richie que él.

Eddie comenzó a sentirse mal. Porque a Richie también parecía caerle bien, y capaz ni siquiera le gustaba, pero algún día iba a pasar.

Algún día a Richie le gustaría una persona y saldría con ella.

Y Eddie...seguiría siendo su amigo.

Justamente eso era lo que Eddie había decidido ignorar hasta ese momento.

Si bien es cierto que hacía ya algunas dos semanas que Richie parecía haberse alejado un poco de él, le dolía el tener que dejar ir las ilusiones que se había hecho con ciertos acontecimientos.