『Capítulo 12』

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Pov. Hwan SunJi

Salí de la casa de JiMin super apresurada. Ya era tarde y mis padres se preocuparían por mí. La parada de autobús no quedaba tan lejos de allí, pero eso no significaba que no tenía que caminar un poco. Llegando allí, unas fuertes gotas me empezaron a mojar. Estaba lloviendo. Para mi mala suerte, no había un techo que me resguardara, esta parada no era de esas; y para el colmo el bendito autobús nunca llegó. No me quedó de otra que hacer lo que mi orgullo estaba limitado. Pedir ayuda. JiMin fue lo primero que se me pasó por la mente. Mierda. Cuanto detestaba eso, y más si era él. Nuestra relación había mejorado con el paso del tiempo, pero aún ese rencor sin motivo del uno hacia el otro, se encontraba presente. Caminé las cuadras necesarias y llegué al lugar en el que hacía 20 minutos había estado. Toqué. Demoró un poco en que abriera, pero lo hizo. Sus ojos se encontraban más rasgados de lo normal, al parecer cuando me fui, había dormido unos cuántos minutos.

¡Mierda! ¡Sé fuerte, SunJi!

Me dijo mi conciencia. Su cara al verme se tornó de una notoria confusión. Estaba empapada y era aceptable que me mirara así cuando ya se suponía que tendría que estar en mi casa. Miró hacia su ventana y vió que estaba lloviendo. Sí, no se había enterado de nada, al parecer si estaba durmiendo. Dejando de lado eso, volvió a mirarme y al fin pude decir lo que quería decir.

―Al parecer tenías razón ─mencioné sin rodeos─. El Karma me atacó. Sé que va contra mi orgullo, pero prefiero eso que a morir. ¿Me dejas pasar hasta que termine de llover? Por favor, JiMin.

¡Dios! Juro que fueron las palabras más difíciles que había dicho en mi vida. No sabía de la manera en que reaccionaría, incluso pensé que me echaría por ser tan odiosa, pero fue todo lo contrario. Sus brazos me recibieron en un fuerte y sorprendente abrazo. Me quedé estática y con mis ojos de par en par. ¡Vaya! Esa no me la esperaba.

―¿Eres tonta acaso? Claro que puedes pasar. Adelante ─me invitó. Yo con mis nervios un poco a flote cedí.

―G-Gracias, de verdad JiMin. Y-yo... intentaré compensarlo después ─no quería hacerlo, pero por más que "lo odiara", aunque sea tendría que pagar su amabilidad.

―No es necesario, princesa. Solo déjame ayudarte, ¿si? ─no me dejó responder a eso─. Ven por aquí, te daré ropa limpia y una toalla para que puedas darte una ducha y no te resfries. Deja tus zapatos por allá ─señaló una esquina de la entrada y ahí los puse. Unas pantuflas (que también estaban ahí) me recibieron cómodamente.

―G-Gracias, JiMin, pero no creo necesario la parte de la ropa limpia. Puedo secar esta y volver a ponérmela. Tu ropa me quedaría grande ─indagué.

―Tú no te preocupes, yo me encargo. Solo sígueme para que te puedas duchar.

Hice lo que me ordenó y no puse objeciones. Ya dentro del baño me brindó una gran toalla en donde podía envolver todo mi cuerpo. No tenía la menor idea de como me iba a quedar su ropa, por eso tendría que salir envuelta en toalla al menos. Por la ropa interior, pues no era un problema. Tenía mi período y en esos días solía llevar (siempre) en mi mochila, toallas higiénicas y ropa interior. Tanto bragas, como sujetador. Este último, ni idea por qué, pero igual. Me dí una corta ducha y salí. Me estaba secando cuando de la puerta un golpe se escuchó.

―Princesa, ¿has terminado ya? ─JiMin preguntaba.

―Ehm... s-si ─respondí.

Amor Y Mentiras ✦ Park JiMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora